comentario literario. retrato. antonio machado
LOCALIZACIÓN
Es uno de los poemas más famosos de Machado, más que por su valor poético, por el reflejo entrañable de su figura y de su orientación poética. Se ha popularizado en parte por las versiones musicadas de A. Córtez y J.M. Serrat.
Probablemente lo escribió tras la impresión de los autorretratos escritos por su hermano Manuel en los poemarios Alma y El mal poema.
Este poema lo escribió Machado en 1906, cuando tenía treinta y un años de edad y aparece publicado en Campos de Castilla (1912). Frente al Autorretrato de Manuel, el título Retrato aporta un matiz de deseo de distanciamiento (a pesar de la inevitable subjetividad), de presentarse a sí mismo desde fuera, en ese gesto tan suyo de desdoblarse para hablar consigo mismo.
Es uno de los poemas más famosos de Machado, más que por su valor poético, por el reflejo entrañable de su figura y de su orientación poética. Se ha popularizado en parte por las versiones musicadas de A. Córtez y J.M. Serrat.
Probablemente lo escribió tras la impresión de los autorretratos escritos por su hermano Manuel en los poemarios Alma y El mal poema.
Este poema lo escribió Machado en 1906, cuando tenía treinta y un años de edad y aparece publicado en Campos de Castilla (1912). Frente al Autorretrato de Manuel, el título Retrato aporta un matiz de deseo de distanciamiento (a pesar de la inevitable subjetividad), de presentarse a sí mismo desde fuera, en ese gesto tan suyo de desdoblarse para hablar consigo mismo.
TEMA Y RESUMEN
TEMA: Retrato del poeta y de su orientación creadora. Etopeya vital y poética.
RESUMEN: El poeta se sitúa primero en su infancia sevillana y en su juventud en Castilla.
A continuación, nos habla de sus escasas dotes de seducción (a pesar de lo cual conoció el amor), de su bondad (aunque con brotes de mal genio), de que de joven fue modernista....
Se declara amante de lo auténtico frente a lo falso, de la poesía serena y con contenido, como un hombre que reflexiona mucho y con una vida sencilla y normal.
Por último se muestra dispuesto a morir cuando llegue la hora con tranquilidad y pobreza.
TEMA: Retrato del poeta y de su orientación creadora. Etopeya vital y poética.
RESUMEN: El poeta se sitúa primero en su infancia sevillana y en su juventud en Castilla.
A continuación, nos habla de sus escasas dotes de seducción (a pesar de lo cual conoció el amor), de su bondad (aunque con brotes de mal genio), de que de joven fue modernista....
Se declara amante de lo auténtico frente a lo falso, de la poesía serena y con contenido, como un hombre que reflexiona mucho y con una vida sencilla y normal.
Por último se muestra dispuesto a morir cuando llegue la hora con tranquilidad y pobreza.
ESTRUCTURA.
Estructura externa:
El poema se organiza en 36 versos ordenados en 9 serventesios, es decir, por estrofas de cuatro versos alejandrinos (14A / 14B / 14A / 14B) con rima consonante. Podemos destacar la cesura interna, en dos hemistiquios (7+7), característica de los versos alejandrinos.
Los serventesios son estrofas muy del gusto modernista, lo que nos hace vincularlo con su poética anterior, se aprecian rasgos que denotan que aún no ha se ha desligado del todo de dicho movimiento.
Estructura interna:
La progresión temática se presenta estructurada internamente en tres apartados, cada uno de ellos formado por tres serventesios, reflejando así un claro equilibrio estructural.
Los serventesios son estrofas muy del gusto modernista, lo que nos hace vincularlo con su poética anterior, se aprecian rasgos que denotan que aún no ha se ha desligado del todo de dicho movimiento.
Estructura interna:
La progresión temática se presenta estructurada internamente en tres apartados, cada uno de ellos formado por tres serventesios, reflejando así un claro equilibrio estructural.
- 1º apartado: Tres primeras estrofas: LA PERSONA. Presentación y caracterización del poeta.
Historia
El amor
Carácter - 2º Apartado: Tres siguientes estrofas: LA POESÍA. Caracterización de su orientación estética y creadora.
Antimodernismo
Gusto por lo auténtico
Gusto por lo profundo - 3º Apartado: Tres últimas estrofas: ACTITUD ANTE LA VIDA. Presentación de sus sentimientos acerca de su mundo interior y de su relación con los demás.
Soledad reflexiva
Independencia y sencillez
Tranquilidad ante la muerte
1º apartado: Tres primeras estrofas: LA PERSONA. Presentación y caracterización del poeta.
Historia
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, un huerto claro donde madura el limonero; mi juventud, veinte años en tierras de Castilla; y mi historia, algunos casos que recordar no quiero. Placa homenaje a Antonio Machado. | Wikimedia
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En el 1º serventesio evoca su origen “Sevilla” y su infancia a través de los símbolos huerto claro (recogimiento plácido y luminoso de la infancia) y el limonero (sentimiento del amor de la niñez) y después su estancia en Madrid, en su juventud “veinte años en tierra de Castilla” de la que prefiere evitar algún recuerdo.
Una alusión cervantina "algunos casos que recordar no quiero", hace referencia a las noches de bohemia y teatro en un momento, que como él mismo reconoce en otros textos "(...) con lo que nos necesitaba España" y parece como si le diera apuro haber perdido el tiempo en sus años jóvenes en la capital. |
Sabemos que Machado nace en el Palacio de las Dueñas de Sevilla donde su familia tenía alquiladas unas habitaciones; el patio y el huerto con su limonero forman parte de los recuerdos agradables de su niñez en muchos poemas.
Su abuelo era médico y profesor de Ciencias Naturales, así que cuando obtuvo un puesto en la Universidad Central de Madrid en 1883, toda la familia se marchó con él, de ahí el verso 3 "mi juventud, veinte años en tierras de Castilla". Allí estudió Machado en la Institución Libre de Enseñanza, lo que unido a sus tendencias liberales de su familia, le formaron un carácter intelectual y sus tendencias políticas.
Su abuelo era médico y profesor de Ciencias Naturales, así que cuando obtuvo un puesto en la Universidad Central de Madrid en 1883, toda la familia se marchó con él, de ahí el verso 3 "mi juventud, veinte años en tierras de Castilla". Allí estudió Machado en la Institución Libre de Enseñanza, lo que unido a sus tendencias liberales de su familia, le formaron un carácter intelectual y sus tendencias políticas.
El amor
Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido —ya conocéis mi torpe aliño indumentario—, más recibí la flecha que me asignó Cupido, y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario. |
En el segundo serventesio recuerda su presencia, su porte desaliñado “torpe aliño indumentario” y sus relaciones amorosas. Alejado del donjuanismo de figuras como Mañara –personaje real, histórico, con fama de conquistador- y de Bradomín – personaje literario que aparece en las Sonatas de Valle-Inclán, también un seductor. Al mencionar su desaliño, recurre a lo cierto ya que son muchas las anécdotas escritas que se conservan sobre la nula importancia que para Machado tiene su aspecto físico. Sin embargo, afirma haberse enamorado, con una alusión mitológica "recibí la flecha que me asignó Cupido".
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Carácter
Hay en mis venas gotas de sangre jacobina, pero mi verso brota de manantial sereno; y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina, soy, en el buen sentido de la palabra, bueno. |
En la tercera estrofa hace referencia a su pensamiento liberal “sangre jacobina” –Se refiere a los Jacobinos; grupo político muy combativo durante la revolución francesa, defensores de la República y de la soberanía popular. Recordemos que el poeta fue defensor de la República, sin considerarse un revolucionario ”manantial sereno”, manantial simboliza el anhelo, el conocimiento, la fuente de inspiración. Se caracteriza por la bondad personal, frente a la bondad impuesta por la doctrina “en el buen sentido…”.
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2º Apartado: Tres siguientes estrofas: LA POESÍA. Caracterización de su orientación estética y creadora.
Antimodernismo
Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética,
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.
Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética,
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.
En la estrofa cuarta habla de su estilo poético, ama la estética de lo bello, en alusión a las corrientes literarias francesas que influyeron en él como el simbolismo, parnasianismo… a los que se alude a través de los símbolos “corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;" reconoce haber formado parte de las nuevas corrientes modernistas (con las que entró en relación en su primer viaje a París donde entabló amistad con Rubén Darío) que se inspiraron en las fuentes clásicas del Renacimiento francés (cuyo máximo representante fue Pierre de Ronsard, poeta francés del s.XVI que siguió en sus poemas el tópico del poeta latino Ausonio "Collige, virgo, rosas", al que admira Antonio Machado), y en clara antítesis "mas" y con metáforas rebuscadas como último guiño al modernismo ahora se aleja de sonoridad vacía de nuevas corrientes esteticistas (alusión a cierto Modernismo más preocupado por la sonoridad que por lo esencial “afeites de la actual cosmética” “ni soy un ave (…) gay-trinar”. Ave, gay trinar símbolos de los poetas modernistas, rechaza la poesía hueca, sin contenido, simplemente formal y afectada y hace referencia al modernismo con el último verso de este cuarteto al no querer ser “un pájaro cantor azul”, sin ninguna referencia sexual, como muchos han querido ver, sino puramente estética.
Gusto por lo auténtico
Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.
Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.
En la quinta estrofa vuelve a arremeter contra la poesía sonora y vacía de cierto Modernismo “los tenores huecos” , Machado cree en la creatividad, en la palabra, en el arte, pero no el poeta que crea una poesía como el que hace un puzzle, componiendo pieza a pieza, porque para Machado la poesía es la expresión del alma, el sentimiento, lo que cada uno lleva dentro de sí y quiere sacarlo fuera…y prefiere mirar hacia el interior, descubrir su voz interior “A distinguir (…) entre las voces una”. Refleja su adscripción a un modernismo intimista, no grandilocuente.
Gusto por lo profundo
¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.
¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.
La estrofa sexta se inicia con una interrogación retórica a la que trasciende por no tener interés la respuesta. Le da lo mismo ser un poeta apasionado o equilibrado, solo pretende ser recordado por lo que dice y no por cómo lo dice. A través del símil “como deja el capitán…” expresa el deseo de que su obra no interese por la forma o la estética sino por la capacidad de comunicar y conmover al lector. De gran interés la identificación del verso con la espada por la connotación en esa búsqueda de lo esencial: interesa no deslumbrar con sus versos sino herir, en el sentido de conmover al receptor, llegar hasta lo más profundo del espíritu de quienes lean sus creaciones: su verso es una espada (frente a la belleza del arma prefiere destacar los hechos llevados a cabo con ella, preferencia por el contenido frente a la expresión).
3º Apartado: Tres últimas estrofas: ACTITUD ANTE LA VIDA. Presentación de sus sentimientos acerca de su mundo interior y de su relación con los demás.
Llegamos así a lo mejor del poema, lo más machadiano, lo más sencillo y claro; apenas utiliza recursos expresivos. Machado era un hombre solitario, reflexivo, silencioso... "Converso con el hombre que siempre va conmigo"
Soledad reflexiva
Converso con el hombre que siempre va conmigo
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—;
mi soliloquio es plática con ese buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.
Converso con el hombre que siempre va conmigo
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—;
mi soliloquio es plática con ese buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.
La séptima estrofa refleja en el primer verso su personalidad: silenciosa, reflexiva, en el segundo muestra su sentimiento religioso “quien habla solo espera hablar a Dios un día” en el que puede apreciarse su conexión con la tradición mística, compartiendo el concepto de la vida como camino hacia Dios, el recogimiento en sí mismo como camino hacia la verdad y la perfección. En los dos versos siguientes se señala su tendencia a la comunicación con su interior y el acercamiento y amor por los demás. La persona que más cercana tenemos en nuestra vida somos nosotros mismos y es la que más nos ama, si no aprendemos a escucharnos ni a amarnos, no podemos escuchar ni amar a nuestros semejantes, ¿os suena de algo, “ama a tu prójimo como a ti mismo”?… Por eso dice Machado que en su interior descubrió el secreto del amor hacia los demás; la filantropía (amor a los hombres). Sintetizaría su evolución personal y artística “del yo al nosotros”.
Independencia y sencillez
Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.
Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.
En el octavo serventesio se observa un cambio en el tono, es relevante la función apelativa, en sus palabras directas al lector, con la utilización de la 2º pers. plur. “Y al cabo, nada os debo…”
Hay un cierto tono recriminatorio y un deseo de no justificación ante los demás. Se aleja así del sentimiento de la apariencia, de lo material y defiende la honestidad, la sencillez del humilde:” A mi trabajo acudo, con mi dinero pago…”. Con la utilización del hipérbaton para remarcar la honestidad de la circunstancialidad de sus actos.Y de paso deja muy claro lo poco que le importan las cosas materiales, pues sólo necesita lo justo para vivir y no aspira a más (la "mansión" en este contexto hay que entenderla como casa normal, no de lujo). Se aprecia en estos versos el espíritu de la Institución Libre de Enseñanza donde él estudió (centro que consideraba básico el trabajo como medio para ganarse el sustento.)
Hay un cierto tono recriminatorio y un deseo de no justificación ante los demás. Se aleja así del sentimiento de la apariencia, de lo material y defiende la honestidad, la sencillez del humilde:” A mi trabajo acudo, con mi dinero pago…”. Con la utilización del hipérbaton para remarcar la honestidad de la circunstancialidad de sus actos.Y de paso deja muy claro lo poco que le importan las cosas materiales, pues sólo necesita lo justo para vivir y no aspira a más (la "mansión" en este contexto hay que entenderla como casa normal, no de lujo). Se aprecia en estos versos el espíritu de la Institución Libre de Enseñanza donde él estudió (centro que consideraba básico el trabajo como medio para ganarse el sustento.)
Y termina Machado con una mirada a la muerte, tema, por otro lado, bastante recurrente en su poesía.
Tranquilidad ante la muerte
Cuando llegue el día del último vïaje, y esté al partir la nave que nunca ha de tornar, me encontraréis a bordo ligero de equipaje, casi desnudo, como los hijos de la mar Para nosotros, los lectores, tiene esta última estrofa el valor de una premonición. El presagio se va a cumplir, el poeta unos meses antes del fin de la guerra civil tendrá que atravesar la frontera con su madre para refugiarse en Francia (llevaba por equipaje una maleta, que perdió en el viaje). Ambos, enfermos, serán acogidos en Collioure donde muere el 22 de febrero del 39, dos días después fallece su madre.
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En los cuatro últimos versos del poema mira hacia el futuro, presenta el tema de la muerte a través de los símbolos “último viaje” “nave” “mar”. La idea de la vida como viaje no es ninguna novedad, es bastante común entre los poetas, pero la tranquilidad ante la muerte, su buena disposición y falta de temor ante ella no es algo tan común.
"la nave que nunca ha de tornar", en alusión al barquero sin rostro, Caronte, que según la mitología griega llevaba a los muertos desde la orilla de los vivos, cruzando la laguna de Estigia hasta el Hades, el mundo de las sombras de donde no se podía regresar jamás. Hay una vinculación con la estrofa anterior tanto por la utilización de la 2º pers. plur. en esa comunicación directa con el lector, con estilo dialogado “me encontraréis…”; como por destacar su desapego de lo material a través de estas metáforas: “ligero de equipaje,/ casi desnudo…” para finalizar con el símil “como los hijos de la mar” con la evocación final de la muerte. |
ESTILO
El estilo de Machado es sencillo, rehuye de la grandilocuencia y utiliza un lenguaje claro y preciso.
Hemos señalado al interpretar el poema el rechazo que hay en varias estrofas hacia ”cierto Modernismo vacuo”. Sin embargo, son apreciables en esta composición rasgos estilísticos que expresan ese Modernismo intimista, con esa veta romántica, mirando hacia dentro e intentando captar la universalidad del sentimiento.
Con este poema se inicia Campos de Castilla pero todavía pervive el intimismo de su etapa anterior.
Machado es un poeta simbolista y por ello es destacable la utilización de los símbolos ya mencionados: huerto, limonero manantial, rosas, ave, gay-trinar, viaje, nave, mar. Irían en la misma línea también las metáforas muy expresivas: “los afeites de la actual cosmética” para referirse al esteticismo del Modernismo sonoro y grandilocuente, tenores huecos, coro de los grillos, ecos… . Así como el símil: ”Como los como deja el capitán…”, ”como los hijos de la mar”.
El propio poeta señalaba el valor y expresividad del “adjetivo definidor” y en consonancia cabe destacar la adjetivación altamente connotada: "huerto claro", "sangre jacobina", "manantial sereno", "tenores huecos", "mano viril", "docto oficio"...
El estilo de Machado es sencillo, rehuye de la grandilocuencia y utiliza un lenguaje claro y preciso.
Hemos señalado al interpretar el poema el rechazo que hay en varias estrofas hacia ”cierto Modernismo vacuo”. Sin embargo, son apreciables en esta composición rasgos estilísticos que expresan ese Modernismo intimista, con esa veta romántica, mirando hacia dentro e intentando captar la universalidad del sentimiento.
Con este poema se inicia Campos de Castilla pero todavía pervive el intimismo de su etapa anterior.
Machado es un poeta simbolista y por ello es destacable la utilización de los símbolos ya mencionados: huerto, limonero manantial, rosas, ave, gay-trinar, viaje, nave, mar. Irían en la misma línea también las metáforas muy expresivas: “los afeites de la actual cosmética” para referirse al esteticismo del Modernismo sonoro y grandilocuente, tenores huecos, coro de los grillos, ecos… . Así como el símil: ”Como los como deja el capitán…”, ”como los hijos de la mar”.
El propio poeta señalaba el valor y expresividad del “adjetivo definidor” y en consonancia cabe destacar la adjetivación altamente connotada: "huerto claro", "sangre jacobina", "manantial sereno", "tenores huecos", "mano viril", "docto oficio"...
“Lo clásico —habla Mairena a sus alumnos— es el empleo del sustantivo, acompañado de un adjetivo definidor […] Lo barroco no añade nada a lo clásico, pero perturba su equilibrio, exaltando la importancia del adjetivo definidor hasta hacerle asumir la propia función del sustantivo”.
“La poesía de Bécquer […], tan clara y transparente […] Es palabra en el tiempo […] Recordemos hoy a Gustavo Adolfo, el de las rimas pobres, la asonancia indefinida y los cuatro verbos por cada adjetivo definidor. Alguien ha dicho, con indudable acierto: “Bécquer, un acordeón tocado por un ángel”. Conforme: el ángel de la verdadera poesía”.
Se observan otros recursos retóricos como la enumeración paralelística para expresar etapas de su vida y la anáfora ("Mi infancia", "mi juventud", "mi historia").
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.
La antítesis para representar su carencia de seducción comparándose por oposición con dos personajes prototipo del donjuanismo (Mañara y Bradomín) y para manifestar su oposición a la vacuidad modernista ("mas no amo los afeites de la actual cosmética").
La aliteración de sonidos como /r/, /s/, apreciable en las estrofas 3, 4, 5…que aportan una gran belleza sonora y rítmica.
La elipsis del verbo, en los versos 3 y 4:
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
y mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
La bimembración: “de un patio…y un huerto”, “Ni un seductor Mañara ni un Bradomín…”, “los tenores huecos y el coro de los grillos…”.
Hipérbaton: “Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido”, “ A distinguir me paro…”, “A mi trabajo acudo, con mi dinero pago”, "dejar quisiera", "no por el docto oficio del forjador preciada".
Las estrofas cuatro, cinco y seis resumen su poética de modo claro y preciso: es poeta de contenido, hondura y reflexión, frente a los artistas “del nuevo gay trinar” y los “tenores huecos”. Parece que alude a los poetas modernistas más atentos a la forma y al efecto sensorial que al significado más auténtico. Con su poesía, indaga, explora, busca (“A distinguir me paro las voces de los ecos”): la verdad, la comprensión del misterio, el sentido de la vida. La sexta estrofa resume las dos anteriores, a través de una interrogación retórica "¿Soy clásico o romántico?", más allá de etiquetas, nombres, movimientos, desea que su “verso” (metonimia para nombrar toda su poesía) sea recordado por lograr hazañas poéticas, es decir, alcanzar cimas estéticas nuevas y perdurables.
La séptima estrofa recupera un tono existencial y espiritual, a través de una paradoja "Converso con el hombre que siempre va conmigo" se declara solitario. En la octava estrofa salda cuentas con la sociedad, desde un punto de vista más material. Utiliza la metonimia del «dinero», «traje», «mansión», «pan» y «lecho» para explicar que trabaja como todos los demás para ganarse el sustento.
En la novena y última estrofa desarrolla una alegoría, con las metáforas de la vida como un río, el mar como la muerte y el viaje como camino que conduce a él. Se presenta a sí mismo como un hombre sencillo, libre mediante el símil «casi desnudo, como los hijos de la mar». En este intenso símil nos trasmite su llaneza, en su retrato se nos presenta a corazón abierto y, con versos sencillos, nos deja entrever el interior de un hombre bueno.
La naturalidad y sencillez expresiva está reflejada en el uso de los nexos coordinantes que son evidentes en todo el poema.
Para concluir señalaremos que el estilo es una muestra de la elaboración, equilibrio, austeridad y sencillez que caracterizan siempre la poesía de Machado.
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.
La antítesis para representar su carencia de seducción comparándose por oposición con dos personajes prototipo del donjuanismo (Mañara y Bradomín) y para manifestar su oposición a la vacuidad modernista ("mas no amo los afeites de la actual cosmética").
La aliteración de sonidos como /r/, /s/, apreciable en las estrofas 3, 4, 5…que aportan una gran belleza sonora y rítmica.
La elipsis del verbo, en los versos 3 y 4:
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
y mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
La bimembración: “de un patio…y un huerto”, “Ni un seductor Mañara ni un Bradomín…”, “los tenores huecos y el coro de los grillos…”.
Hipérbaton: “Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido”, “ A distinguir me paro…”, “A mi trabajo acudo, con mi dinero pago”, "dejar quisiera", "no por el docto oficio del forjador preciada".
Las estrofas cuatro, cinco y seis resumen su poética de modo claro y preciso: es poeta de contenido, hondura y reflexión, frente a los artistas “del nuevo gay trinar” y los “tenores huecos”. Parece que alude a los poetas modernistas más atentos a la forma y al efecto sensorial que al significado más auténtico. Con su poesía, indaga, explora, busca (“A distinguir me paro las voces de los ecos”): la verdad, la comprensión del misterio, el sentido de la vida. La sexta estrofa resume las dos anteriores, a través de una interrogación retórica "¿Soy clásico o romántico?", más allá de etiquetas, nombres, movimientos, desea que su “verso” (metonimia para nombrar toda su poesía) sea recordado por lograr hazañas poéticas, es decir, alcanzar cimas estéticas nuevas y perdurables.
La séptima estrofa recupera un tono existencial y espiritual, a través de una paradoja "Converso con el hombre que siempre va conmigo" se declara solitario. En la octava estrofa salda cuentas con la sociedad, desde un punto de vista más material. Utiliza la metonimia del «dinero», «traje», «mansión», «pan» y «lecho» para explicar que trabaja como todos los demás para ganarse el sustento.
En la novena y última estrofa desarrolla una alegoría, con las metáforas de la vida como un río, el mar como la muerte y el viaje como camino que conduce a él. Se presenta a sí mismo como un hombre sencillo, libre mediante el símil «casi desnudo, como los hijos de la mar». En este intenso símil nos trasmite su llaneza, en su retrato se nos presenta a corazón abierto y, con versos sencillos, nos deja entrever el interior de un hombre bueno.
La naturalidad y sencillez expresiva está reflejada en el uso de los nexos coordinantes que son evidentes en todo el poema.
Para concluir señalaremos que el estilo es una muestra de la elaboración, equilibrio, austeridad y sencillez que caracterizan siempre la poesía de Machado.
Precisamente un crítico del “27” como Dámaso Alonso dirá de este poeta “Era, ante todo, una lección de estética (…).Y era una lección de hombría, de austeridad, de honestidad sin disfraces ni relumbrones…” que es lo que nosotros como lectores interpretamos y sentimos tras la lectura de este entrañable Retrato.
CONCLUSIONES
Es un poema interesante por la cantidad de datos que nos aporta sobre el poeta (aspectos biográficos) y la poética de Machado.
Aunque, como hemos comentado, aún se aprecian en este poema algunas rasgos modernistas de la etapa anterior, así a nivel formal recurre a una composición de influencia modernista como el serventesio alejandrino de rima consonante aguda y desde el punto de vista temático la expresión de los temas por medio de símbolos, estos, si bien predominan en Soledades, Galerías y otros poemas, aparecen en sus obras posteriores, como se aprecia en este poema (huerto, rosas, viaje, nave, mar...).
Si algunas composiciones de Soledades, Galerías y otros poemas tenían influencia modernista, Campos de Castilla es un libro con claros tintes noventayochistas. Así lo percibieron muchos autores del 98 (Unamuno, Azorín) o el propio Ortega y Gasset, que pusieron en valor su estilo antirretórico y sobrio, así como el tratamiento del tema de España y la realidad con la que Machado reflejaba el paisaje castellano.
Muchos vieron en Campos de Castilla el libro que iniciaba una nueva etapa en la poesía española en la que el Modernismo ya estaba superado. Así en este poema autobiográfico que inicia Campos de Castilla, habla así de su pasado modernista:
Es un poema interesante por la cantidad de datos que nos aporta sobre el poeta (aspectos biográficos) y la poética de Machado.
Aunque, como hemos comentado, aún se aprecian en este poema algunas rasgos modernistas de la etapa anterior, así a nivel formal recurre a una composición de influencia modernista como el serventesio alejandrino de rima consonante aguda y desde el punto de vista temático la expresión de los temas por medio de símbolos, estos, si bien predominan en Soledades, Galerías y otros poemas, aparecen en sus obras posteriores, como se aprecia en este poema (huerto, rosas, viaje, nave, mar...).
Si algunas composiciones de Soledades, Galerías y otros poemas tenían influencia modernista, Campos de Castilla es un libro con claros tintes noventayochistas. Así lo percibieron muchos autores del 98 (Unamuno, Azorín) o el propio Ortega y Gasset, que pusieron en valor su estilo antirretórico y sobrio, así como el tratamiento del tema de España y la realidad con la que Machado reflejaba el paisaje castellano.
Muchos vieron en Campos de Castilla el libro que iniciaba una nueva etapa en la poesía española en la que el Modernismo ya estaba superado. Así en este poema autobiográfico que inicia Campos de Castilla, habla así de su pasado modernista:
La diferencia básica con su primera obra, Soledades, galerías y otros poemas, y Campos de Castilla es que se produce un paso del YO al NOSOTROS.
Las últimas tres estrofas del poema evidencian el cambio, sin apenas recursos expresivos, la sobriedad, el lenguaje sencillo y claro, la palabra esencial en el tiempo.
Las últimas tres estrofas del poema evidencian el cambio, sin apenas recursos expresivos, la sobriedad, el lenguaje sencillo y claro, la palabra esencial en el tiempo.
…la poesía es la palabra esencial en el tiempo. La poesía moderna que, a mi entender, arranca, en parte al menos, de Edgardo Poe, viene siendo hasta nuestros días la historia del gran problema que al poeta plantean estos dos imperativos, en cierto modo contradictorios: esencialidad y temporalidad. El pensamiento lógico, que se adueña de las ideas y capta lo esencial, es una actividad destemporalizadora. Pensar lógicamente es abolir el tiempo, suponer que no existe, crean un movimiento ajeno al cambio, discurrir entre razones inmutables […] Pero al poeta no le es dado pensar fuera del tiempo, porque piensa su propia vida que no es, fuera del tiempo, absolutamente nada. […] El intelecto no ha cantado jamás, no es su misión. Sirve, no obstante, a la poesía, señalándole el imperativo de su esencialidad. Porque tampoco hay poesía sin ideas, sin visiones de lo esencial. Pero las ideas del poeta no son categorías formales, cápsulas lógicas, sino directas intuiciones del ser que deviene, de su propio existir; son, pues, temporales, nunca elementos acrónicos existencialistas, en las cuales el tiempo alcanza un valor absoluto. Inquietud, angustia, temores, resignación, esperanza, impaciencia que el poeta canta, son signos del tiempo y, al par, revelaciones del ser en la conciencia humana."
1931. Poética.