Los tópicos & su origen
CARPE DIEM
CARPE DIEM (Goza de este día):
Invitación al goce de los años de juventud (= día) y al aprovechamiento del momento, antes de que el inevitable paso del tiempo nos conduzca a la vejez y a la muerte.
Invitación al goce de los años de juventud (= día) y al aprovechamiento del momento, antes de que el inevitable paso del tiempo nos conduzca a la vejez y a la muerte.
Carpe diem significa coge el día.
Carpo viene del latín carpus y este del gr. Καρπος (Karpos), que significa "fruta, ganancias".
En el ser humano, el carpo constituye el esquelero de la muñeca y está compuesto de ocho huesos íntimamente unidos y dispuestos en dos filas.
Carpe es la 2ª persona del singular del presente de imperativo activo del verbo carpo.
En su origen, era un verbo con sentido técnico, empleado en diversas acepciones concretas y en sentidos figurados.
En la lengua rústica, significaba "coger", "arrancar" (la hierba, por ejemplo); en el campo textil, 'deshacer hilo a hilo (la lana, el lino), 'deshilar'.
En la lengua común significaba 'elegir' y, también, 'degustar', 'disfrutar de'.
Carpo: significa, pues, en principio, 'arrancar'.
Después, toma los sentidos figurados de 'aprovechar', 'gozar' (gozar de un dulce sueño) y consumir (consumir las fuerzas).
La expresión carpe diem procede de un verso que el poeta latino Horacio dedicó a su amiga Leucónoe, a quien reprocha que quiera conocer cómo será su futuro consultando a los astrólogos. Horacio le incita a disfrutar de su juventud, terminando su oda diciendo:
Dum loquimur, fogerit invida
aetas: CARPE DIEM,
quam mínimum credula pastero.
(Mientras hablamos, habrá huido celosa la edad:
¡GOZA ESTE DíA.!
ada fíes del venidero.)
HORACIO y epígonos
En el Cancionero de Juan del Encina (1496), se dice lo mismo aunque de forma más sencilla.
En un villancico dedicado a los Carnavales se canta:
Hoy comamos y bebamos
Y cantemos y holguemos
Que mañana ayunaremos.
En otros casos, el estribillo final es más contundente: «que mañana moriremos».
El poeta francés Pierre Ronsard (1524-1585), invita de parecida manera a gozar del presente.
Lo hace con una expresión que también tendrá éxito entre los poetas: collige rosas, coge las rosas.
COLLIGE, VIRGO, ROSAS (Coge, virgen, las rosas ...):
Carácter irrecuperable de la juventud y la belleza: invitación a gozar del amor (simbolizado en la rosa) antes de que el tiempo robe nuestros mejores años.
Lógicamente, la palabra rosas está tomada en sentido metafórico y significa el momento mejor de la vida, el del disfrute, cuando la rosa está en su momento apoteósico de belleza. Cógela del rosal antes de que se marchite; lo mismo que el instante en que estás viviendo. No esperes al mañana. Uno de sus sonetos termina, precisamente, de este modo:
« Vive ahora: no aguardes a que llegue el mañana;
Coge hoy mismo las rosas que te ofrece la vida».
Y en otro soneto, repetirá la misma copla:
«Si has de creer Lo que te digo, amada,
en tanto que tu edad abre sus flores
en la más verde y fresca novedad,
toma las rosas de tu juventud,
pues la vejez, Lo mismo que a esta flor,
hará que se marchite tu belleza.».
Se trata de un tópico que aparecerá una y otra vez en la poesía, pasada y actual. Por ejemplo, los poetas españoles Garcilaso de la Vega -renacentista- y Góngora -del Barroco-, lo expresaron a su manera.
En la primera parte del soneto de Garcilaso se hace referencia al color de la rosa en su máximo esplendor extendido al resto del cuerpo (corazón, cabello, cuello). En tanto sea así, gozad, porque el tiempo lo cambiará y lo marchitará todo.
SONETO XXIII
En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende al corazón y lo refrena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena;
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.
Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera,
por no hacer mudanza en su costumbre.
Garcilaso de la Vega (Toledo, c. 1500 - Niza, 1536)
El poeta cordobés, Luis de Góngora y Argote, dirá lo mismo aunque de forma retorcida.
Reparemos en el adverbio mientras, que se repite cuatro veces, formando un esquema organizativo paralelístico fácil de imitar.
Es decir, mientras seas hermosa, goza, porque todo se convertirá en polvo, en nada.
Mientras por competir con tu cabello
Oro bruñido al sol relumbra en vano,
Mientras con menosprecio en medio el llano
Mira tu blanca frente al lilio bello;
Mientras a cada labio, por cogello,
Siguen más ojos que al clavel temprano,
Y mientras triunfa con desdén lozano
Del luciente cristal tu gentil cuello,
Goza cuello, cabello, labio y frente,
Antes que lo que fue en tu edad dorada
Oro, lilio, clavel, cristal luciente,
No sólo en plata o vïola troncada
Se vuelva, más tú y ello juntamente
En tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.
También lo repetirá con cierta retranca humorística en un romance:
¡Qué se nos va la Pascua, mozas,
Qué se nos va la Pascua!
Por eso, mozuelas locas,
Antes que la edad avara
El rubio cabello de oro
Convierta en luciente plata,
Quered cuando sois queridas,
Amad cuando sois amadas,
Mirad, bobas, que detrás
Se pinta la ocasión calva.
¡Qué se nos va la Pascua, mozas,
Qué se nos va la Pascua!
El tópico seguirá adelante a lo largo del tiempo y poco poetas se sustraerán a su uso.
En el S. XX, se puede encontrar en muchos poemas. He aquí varios ejemplos:
TEXTO 1
Tómame ahora que aún es temprano
Y que llevo dalias nuevas en la mano.
Tómame ahora que aún es sombría
Esta taciturna cabellera mla.
Ahora que tengo la carne olorosa
y los ojos limpios y la piel de rosa.
Ahora que en mis labios repica la risa
Como una campana sacudida aprisa.
[ ... ]
Hoy, y no mds tarde. Antes que anochezca
y se vuelva mustia la corola fresca.
Hoy, y no mañana. 0, amante, ¿no ves
Que la enredadera crecerá ciprés.
Juana de Ibarbourou
TEXTO 2
Ámame ahora que tengo los cabellos negros
y una corona de junco
y el perfume del agua y de la jara
en los brazos desnudos.
Ámame ahora que tengo en los ojos
la suave llama de la tarde
y la gracia de la sonrisa
y la leve frescura de los manantiales.
¡Ámame!
¡Ahora y no mañana; ahora y no luego!
Ricardo Molina
TEXTO 3
Estoy vivo y toco.
Toco, toco, toco.
Y no, no estoy loco.
Hombre, toca, toca
lo que te provoca:
seno, pluma, roca,
pues mañana es cierto
que ya estarás muerto,
tieso, hinchado, yerto.
Toca, toca, toca,
¡qué alegría loca!
¡Toca. Toca. Toca!.
Dámaso Alonso
TEXTO 4
Estás ya con quien quieres. Ríete y goza. Ama.
Y enciéndete en la noche que ahora empieza,
y entre tantos amigos (y conmigo)
abre los grandes ojos a la vida
con la avidez preciosa de tus años.
La noche, larga, ha de acabar al alba,
y vendrán escuadrones de espías con la luz,
se borrarán los astros, y también el recuerdo,
y la alegría acabará en su nada.
Francisco Brines
TEXTO 5
Ten sueños altos ahora que eres joven,
pues el tiempo feroz segará pronto
tus manos, y tus ojos, y tus labios.
Gozarás hasta entonces de lo eterno
que cabe en el transcurso de tus días.
Hoy tu hermosura es casi divina.
Mañana esas perlas que protegen
la madrugada joven de tu pecho
se abrirán al dolor o a la locura,
no ahuyentarán la sombra de la muerte.
Antonio Colinas
Y para terminar, mencionaremos este poema de Julio Mariscal que, a su manera, es una reivindicación del carpe diem.
Me decía mi madre:
“Ahora los libros, que después tendrás tiempo.
Ahora los libros”.
Y yo guardaba el corazón sin estrenar, ileso,
por teoremas y batallas.
Las tres, las cuatro, las cinco en punto,
la merienda: su leche con galletas.
Mis hermanos mayores perdiéndose en sus cosas
y el cartero de azul galoneado.
Pero a las seis cruzabas tú, el crepúsculo
te traía de la mano y ya Pitágoras
se empolvaba en mi olvido, y ya las rosas
clavadas en la página y el río
como un lejano, muerto crisantemo.
Eran las seis, cuando las nostalgias,
cuando el andar primero de las sombras,
y tú cruzabas y contigo el mundo
que mi madre quería para luego,
pero que yo llevaba entre los ojos...
Carpo viene del latín carpus y este del gr. Καρπος (Karpos), que significa "fruta, ganancias".
En el ser humano, el carpo constituye el esquelero de la muñeca y está compuesto de ocho huesos íntimamente unidos y dispuestos en dos filas.
Carpe es la 2ª persona del singular del presente de imperativo activo del verbo carpo.
En su origen, era un verbo con sentido técnico, empleado en diversas acepciones concretas y en sentidos figurados.
En la lengua rústica, significaba "coger", "arrancar" (la hierba, por ejemplo); en el campo textil, 'deshacer hilo a hilo (la lana, el lino), 'deshilar'.
En la lengua común significaba 'elegir' y, también, 'degustar', 'disfrutar de'.
Carpo: significa, pues, en principio, 'arrancar'.
Después, toma los sentidos figurados de 'aprovechar', 'gozar' (gozar de un dulce sueño) y consumir (consumir las fuerzas).
La expresión carpe diem procede de un verso que el poeta latino Horacio dedicó a su amiga Leucónoe, a quien reprocha que quiera conocer cómo será su futuro consultando a los astrólogos. Horacio le incita a disfrutar de su juventud, terminando su oda diciendo:
Dum loquimur, fogerit invida
aetas: CARPE DIEM,
quam mínimum credula pastero.
(Mientras hablamos, habrá huido celosa la edad:
¡GOZA ESTE DíA.!
ada fíes del venidero.)
HORACIO y epígonos
En el Cancionero de Juan del Encina (1496), se dice lo mismo aunque de forma más sencilla.
En un villancico dedicado a los Carnavales se canta:
Hoy comamos y bebamos
Y cantemos y holguemos
Que mañana ayunaremos.
En otros casos, el estribillo final es más contundente: «que mañana moriremos».
El poeta francés Pierre Ronsard (1524-1585), invita de parecida manera a gozar del presente.
Lo hace con una expresión que también tendrá éxito entre los poetas: collige rosas, coge las rosas.
COLLIGE, VIRGO, ROSAS (Coge, virgen, las rosas ...):
Carácter irrecuperable de la juventud y la belleza: invitación a gozar del amor (simbolizado en la rosa) antes de que el tiempo robe nuestros mejores años.
Lógicamente, la palabra rosas está tomada en sentido metafórico y significa el momento mejor de la vida, el del disfrute, cuando la rosa está en su momento apoteósico de belleza. Cógela del rosal antes de que se marchite; lo mismo que el instante en que estás viviendo. No esperes al mañana. Uno de sus sonetos termina, precisamente, de este modo:
« Vive ahora: no aguardes a que llegue el mañana;
Coge hoy mismo las rosas que te ofrece la vida».
Y en otro soneto, repetirá la misma copla:
«Si has de creer Lo que te digo, amada,
en tanto que tu edad abre sus flores
en la más verde y fresca novedad,
toma las rosas de tu juventud,
pues la vejez, Lo mismo que a esta flor,
hará que se marchite tu belleza.».
Se trata de un tópico que aparecerá una y otra vez en la poesía, pasada y actual. Por ejemplo, los poetas españoles Garcilaso de la Vega -renacentista- y Góngora -del Barroco-, lo expresaron a su manera.
En la primera parte del soneto de Garcilaso se hace referencia al color de la rosa en su máximo esplendor extendido al resto del cuerpo (corazón, cabello, cuello). En tanto sea así, gozad, porque el tiempo lo cambiará y lo marchitará todo.
SONETO XXIII
En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende al corazón y lo refrena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena;
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.
Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera,
por no hacer mudanza en su costumbre.
Garcilaso de la Vega (Toledo, c. 1500 - Niza, 1536)
El poeta cordobés, Luis de Góngora y Argote, dirá lo mismo aunque de forma retorcida.
Reparemos en el adverbio mientras, que se repite cuatro veces, formando un esquema organizativo paralelístico fácil de imitar.
Es decir, mientras seas hermosa, goza, porque todo se convertirá en polvo, en nada.
Mientras por competir con tu cabello
Oro bruñido al sol relumbra en vano,
Mientras con menosprecio en medio el llano
Mira tu blanca frente al lilio bello;
Mientras a cada labio, por cogello,
Siguen más ojos que al clavel temprano,
Y mientras triunfa con desdén lozano
Del luciente cristal tu gentil cuello,
Goza cuello, cabello, labio y frente,
Antes que lo que fue en tu edad dorada
Oro, lilio, clavel, cristal luciente,
No sólo en plata o vïola troncada
Se vuelva, más tú y ello juntamente
En tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.
También lo repetirá con cierta retranca humorística en un romance:
¡Qué se nos va la Pascua, mozas,
Qué se nos va la Pascua!
Por eso, mozuelas locas,
Antes que la edad avara
El rubio cabello de oro
Convierta en luciente plata,
Quered cuando sois queridas,
Amad cuando sois amadas,
Mirad, bobas, que detrás
Se pinta la ocasión calva.
¡Qué se nos va la Pascua, mozas,
Qué se nos va la Pascua!
El tópico seguirá adelante a lo largo del tiempo y poco poetas se sustraerán a su uso.
En el S. XX, se puede encontrar en muchos poemas. He aquí varios ejemplos:
TEXTO 1
Tómame ahora que aún es temprano
Y que llevo dalias nuevas en la mano.
Tómame ahora que aún es sombría
Esta taciturna cabellera mla.
Ahora que tengo la carne olorosa
y los ojos limpios y la piel de rosa.
Ahora que en mis labios repica la risa
Como una campana sacudida aprisa.
[ ... ]
Hoy, y no mds tarde. Antes que anochezca
y se vuelva mustia la corola fresca.
Hoy, y no mañana. 0, amante, ¿no ves
Que la enredadera crecerá ciprés.
Juana de Ibarbourou
TEXTO 2
Ámame ahora que tengo los cabellos negros
y una corona de junco
y el perfume del agua y de la jara
en los brazos desnudos.
Ámame ahora que tengo en los ojos
la suave llama de la tarde
y la gracia de la sonrisa
y la leve frescura de los manantiales.
¡Ámame!
¡Ahora y no mañana; ahora y no luego!
Ricardo Molina
TEXTO 3
Estoy vivo y toco.
Toco, toco, toco.
Y no, no estoy loco.
Hombre, toca, toca
lo que te provoca:
seno, pluma, roca,
pues mañana es cierto
que ya estarás muerto,
tieso, hinchado, yerto.
Toca, toca, toca,
¡qué alegría loca!
¡Toca. Toca. Toca!.
Dámaso Alonso
TEXTO 4
Estás ya con quien quieres. Ríete y goza. Ama.
Y enciéndete en la noche que ahora empieza,
y entre tantos amigos (y conmigo)
abre los grandes ojos a la vida
con la avidez preciosa de tus años.
La noche, larga, ha de acabar al alba,
y vendrán escuadrones de espías con la luz,
se borrarán los astros, y también el recuerdo,
y la alegría acabará en su nada.
Francisco Brines
TEXTO 5
Ten sueños altos ahora que eres joven,
pues el tiempo feroz segará pronto
tus manos, y tus ojos, y tus labios.
Gozarás hasta entonces de lo eterno
que cabe en el transcurso de tus días.
Hoy tu hermosura es casi divina.
Mañana esas perlas que protegen
la madrugada joven de tu pecho
se abrirán al dolor o a la locura,
no ahuyentarán la sombra de la muerte.
Antonio Colinas
Y para terminar, mencionaremos este poema de Julio Mariscal que, a su manera, es una reivindicación del carpe diem.
Me decía mi madre:
“Ahora los libros, que después tendrás tiempo.
Ahora los libros”.
Y yo guardaba el corazón sin estrenar, ileso,
por teoremas y batallas.
Las tres, las cuatro, las cinco en punto,
la merienda: su leche con galletas.
Mis hermanos mayores perdiéndose en sus cosas
y el cartero de azul galoneado.
Pero a las seis cruzabas tú, el crepúsculo
te traía de la mano y ya Pitágoras
se empolvaba en mi olvido, y ya las rosas
clavadas en la página y el río
como un lejano, muerto crisantemo.
Eran las seis, cuando las nostalgias,
cuando el andar primero de las sombras,
y tú cruzabas y contigo el mundo
que mi madre quería para luego,
pero que yo llevaba entre los ojos...
TEMPUS FUGIT
FUGIT IRREPARABILE TEMPUS (El tiempo pasa irremediablemente):
Carácter irrecuperable del tiempo vivido: evocación de la condición fugaz de la vida humana.
Carácter irrecuperable del tiempo vivido: evocación de la condición fugaz de la vida humana.
El paso del tiempo es un hecho contra el que no se puede hacer nada. Matar el tiempo, como coloquialmente se dice, es una tontería. Pues, al final, solo nos matamos a nosotros mismos ... lentamente.
La vida es breve y el tiempo se nos escapa de entre las manos. Además, la existencia es demasiado corta y no merece la pena tomarse tantas molestias.
Tempus fugit dice la máxima latina: el tiempo huye. Para colmo, todas las horas hieren, la última mata. Y ya que nadie puede detener el instante, se nos aconseja que aprovechemos el momento presente. Es lo que hizo la cigarra en la Oda que le dedicó el poeta griego Anacreonte, quien, en ningún momento, afeará la conducta de la epicúrea protagonista frente a la hormiga, compulsiva trabajadora. Pero versiones sobre esta anécdota hay muchas y cada cual cuenta la tormenta, no como le fue, sino como le habría gustado que fuese.
Tempus fugit, "El tiempo vuela". Este tópico suele aparecer junto al Carpe diem, ya que hay que aprovechar el momento porque el tiempo pasa muy rápido y no se puede hacer nada contra eso.
La vida es breve y el tiempo se nos escapa de entre las manos. Además, la existencia es demasiado corta y no merece la pena tomarse tantas molestias.
Tempus fugit dice la máxima latina: el tiempo huye. Para colmo, todas las horas hieren, la última mata. Y ya que nadie puede detener el instante, se nos aconseja que aprovechemos el momento presente. Es lo que hizo la cigarra en la Oda que le dedicó el poeta griego Anacreonte, quien, en ningún momento, afeará la conducta de la epicúrea protagonista frente a la hormiga, compulsiva trabajadora. Pero versiones sobre esta anécdota hay muchas y cada cual cuenta la tormenta, no como le fue, sino como le habría gustado que fuese.
Tempus fugit, "El tiempo vuela". Este tópico suele aparecer junto al Carpe diem, ya que hay que aprovechar el momento porque el tiempo pasa muy rápido y no se puede hacer nada contra eso.
UBI SUNT (¿Dónde están?):
Carácter desconocido del más allá, de la otra orilla de la muerte, materializado en interrogaciones retóricas acerca del destino o paradero de grandes hombres que han muerto.
Carácter desconocido del más allá, de la otra orilla de la muerte, materializado en interrogaciones retóricas acerca del destino o paradero de grandes hombres que han muerto.
UBI SUNT?
«Triolets, villamelas, rondeles y sextinas,
Baladas a docenas con el mismo argumento:
Las nieves y las rosas de antaño ya no existen.»
Edgar Lee Masters
¿Dónde están Elmer. Herman, Bert, Tom y Charley;
El débil de voluntad, el fuerte de brazo, el payaso, el borrachín, el luchador?
Todos, todos están durmiendo sobre La colina.
Uno murió de una fiebre,
Uno murió quemado en una mina,
Uno fue muerto en una pendencia,
Uno murió en una cárcel;
Uno cayó de un puente trabajando asiduamente para sus niños y esposa
Todos, todos están durmiendo, durmiendo, durmiendo sobre La colina.
¿Dónde están Ella, Kate, Mag, Lizzie y Edith,
El tierno corazón, el alma simple, la ruidosa, la orgullosa, la feliz?
Todas, todas están durmiendo sobre la colina.
Una murió en un vergonzoso nacimiento de un niño,
Una de un frustrado amor,
Una a manos de un bruto en un burdel,
Una de un orgullo roto, en la búsqueda del deseo del corazón;
Una después de vivir lejos en Londres y París
Había llevado a su pequeño espacio a Ella y Kate y Mag-
Todas, todas están durmiendo, durmiendo, durmiendo sobre la colina.
¿Dónde están el Tío Isaac y Tía Emily,
Y el viejo Towny Kincaid y Sevigne Houghton,
Y Major Walker quien había conversado
Con venerables hombres de la revolución?
Todos, todos están durmiendo sobre la colina.
Ellos les llevaron hijos muertos de la guerra,
E hijas cuyas vidas estaban aplastadas,
Y sus niños sin padres, llorando-
Todos, todos están durmiendo, durmiendo, durmiendo sobre la colina.
¿Dónde está el viejo Fiddler Jones
Quien jugó con la vida todos sus noventa años,
Arrostrando la cellisca con pecho desnudo,
Bebiendo, alborotando, no pensando en la esposa ni en los parientes,
Ni en el oro, ni en el amor, ni en el cielo?
¡He aquí! Él parlotea sobre pescados fritos por largo tiempo,
Sobre las carreras de caballos por largo tiempo en Clary Grove,
De lo que Abe Lincoln dijo
Una vez en Springfield. "
Baladas a docenas con el mismo argumento:
Las nieves y las rosas de antaño ya no existen.»
Edgar Lee Masters
¿Dónde están Elmer. Herman, Bert, Tom y Charley;
El débil de voluntad, el fuerte de brazo, el payaso, el borrachín, el luchador?
Todos, todos están durmiendo sobre La colina.
Uno murió de una fiebre,
Uno murió quemado en una mina,
Uno fue muerto en una pendencia,
Uno murió en una cárcel;
Uno cayó de un puente trabajando asiduamente para sus niños y esposa
Todos, todos están durmiendo, durmiendo, durmiendo sobre La colina.
¿Dónde están Ella, Kate, Mag, Lizzie y Edith,
El tierno corazón, el alma simple, la ruidosa, la orgullosa, la feliz?
Todas, todas están durmiendo sobre la colina.
Una murió en un vergonzoso nacimiento de un niño,
Una de un frustrado amor,
Una a manos de un bruto en un burdel,
Una de un orgullo roto, en la búsqueda del deseo del corazón;
Una después de vivir lejos en Londres y París
Había llevado a su pequeño espacio a Ella y Kate y Mag-
Todas, todas están durmiendo, durmiendo, durmiendo sobre la colina.
¿Dónde están el Tío Isaac y Tía Emily,
Y el viejo Towny Kincaid y Sevigne Houghton,
Y Major Walker quien había conversado
Con venerables hombres de la revolución?
Todos, todos están durmiendo sobre la colina.
Ellos les llevaron hijos muertos de la guerra,
E hijas cuyas vidas estaban aplastadas,
Y sus niños sin padres, llorando-
Todos, todos están durmiendo, durmiendo, durmiendo sobre la colina.
¿Dónde está el viejo Fiddler Jones
Quien jugó con la vida todos sus noventa años,
Arrostrando la cellisca con pecho desnudo,
Bebiendo, alborotando, no pensando en la esposa ni en los parientes,
Ni en el oro, ni en el amor, ni en el cielo?
¡He aquí! Él parlotea sobre pescados fritos por largo tiempo,
Sobre las carreras de caballos por largo tiempo en Clary Grove,
De lo que Abe Lincoln dijo
Una vez en Springfield. "
SEGUIDORES INMEDIATOS DEL UBI
La historia de la humanidad es un conjunto de sucesos ya pasados: culturas, pueblos, instituciones, personajes famosos que han dejado tras de sí hechos memorables y nombres que los recuerdan.
Pero lo que fue en otro tiempo sólo existe en la memoria de los hombres si es que estos lo recuerdan.
Dicen que la primera pregunta melancólica acerca de lo que ya no existía se hizo en el siglo XlI en una pregunta que escribió Bernardo de Morlay en un poema latino de 1140 y que comenzaba preguntándose dónde estaba la gloria de Babilonia: Est ubi gloria nunc Babylonia?Tras Babilonia, Morlay se preguntaba por Nabucodonosor, Darío, Ciro, emperadores romanos, Cicerón, Demóstenes y un largo etcétera de famosos.
Lo mismo que si ahora nos preguntáramos: «¿Dónde está la gloria futbolística de Pelé, de Maradona, de Di Estéfano, de Kubala ... ?». Con los años nuestros nietos dirán: «¿Dónde está la brillantez del genio futbolístico de Messi, de Ronaldo y de Iniesta? ¿A dónde se fueron? ¿Y en qué plató de televisión se marchitó la belleza de Penélope Cruz y de Antonio Banderas?».
En el siglo xv, el poeta francés, Francois Villon, en su Balada de las damas de antaño, evocaría personajes femeninos, mezclando mujeres reales y mitológicas, antiguas y modernas, resumiendo el destino de ellas con un verso espléndido: ¿Dónde estdn las nieves de antaño?
En ningún lugar: todas ellas se derritieron. Se esfumaron y ya nadie se acuerda de ellas».
SEGUIDORES DEL SUNT
Sería Jorge Manrique, contemporáneo de Villon, quien utilizase exitosamente la fórmula del ubi sunt? en sus Coplas a la muerte de su padre, con la obsesiva pregunta:
¿Qué se hizo el rey don Juan?
Los Infantes de Aragón
¿qué se hicieron?
¿ Qué fue de tanto galdn,
Qué de tanta invención
Que truxeron?
¿Qué se hicieron las damas,
Sus tocados e vestidos,
Sus olores?
Son tantos los textos que repetirán este tópico que nos limitaremos a traer únicamente ejemplos de poetas del siglo XX.
En los dos siguientes, dos poetas, Blas de Otero y Vázquez Montalbán, rememoran figuras históricas y lo hacen, no de un modo trágico y tremebundo, sino con deje humorístico.
Hojas sueltas decidme, ¿qué se hicieron
los infantes de Aragón, Manuel Granero, la pavana
para una infanta.
Blas de Otero
¿Qué se hizo
de las bellas
Goya Imperio Fornarina
que enseñaron
la expresión del amor
a mi tía Daniela
de don Antonio Maura
¿qué se hizo?
y del Lerroux
Alejandrino
y qué se hizo
del tigre Clemenceau
de Primo
De Rivera
el valiente general
¿qué se hizo
de tanto fantasma lejano?
Manuel Vázquez Montalbán. Coplas a la muerte de mi tía Daniela
En el siguiente ejemplo, la autora recordará a los compañeros que pasaron con ella la infancia y la adolescencia.
El título recuerda al de Villon.
Balada de los muchachos de antaño
Pero dónde están ahora
qué fue de todos ellos
qué fue de Mikel y de sus verdes ojos
que conseguían fijar el vuelo de un pájaro
con solo proponérselo,
y de Santi que dividía el mundo
a uno y otro lado de su abrigo
y nos hacía dudar acerca de cuál era mayor,
y de Javier que conocía el nombre
de las constelaciones y siempre andaba
descubriendo meteoros y portentos,
y qué ha sido de Enrique que fumaba cigarrillos
con gran sabiduría y a todas horas
y en todo momento pensaba en escapar,
y del tímido Pablo que todo Lo que veía
en esta vida eran brillos y nieblas
y sin embargo podía contemplar
con extraordinaria quietud el paso
de su esptritu reptante por los techos,
y de Joaquín qué ha sido
que le bastaba con apoyarse en La farola
para poner a bailar a toda La calle,
y de Luis que se descalzaba los días de lluvia,
y de Jon que nunca decía nada
y era encantador con todo su silencio,
y de Carlos y de Juanito el orgulloso
y de Martín que un día recibió un telegrama
y se sumió en la tristeza aquel mismo día,
y de Arturo que tenla madera de prestidigitador
y hallaba su placer haciéndonos soñar
con los misterios de La flsica,
y dónde está mí fiel amor cuyo nombre me guardo porque se Lo llevaron
a un sanatorio y se murió sentado
en una silla debajo de un almendro,
y el sol,
y aquel color del sol sobre las tapias
y aquellos cielos rosas y esa luz,
por las habitaciones, dónde diablos están,
qué ha sido ahora de todos
dónde están.
Isabel Ezkieta
El ubi sunt podría describirse coloquialmente como un «¿qué fue de aquello tío?». y se obtiene mediante preguntas retóricas acerca del destino de las personas que nos precedieron. El ámbito de estas analogías puede referirse a fiestas a galas, amores, música, bailes. edificios, ruinas, calles. monumentos. éxito belleza y compañeros de vida.
La historia de la humanidad es un conjunto de sucesos ya pasados: culturas, pueblos, instituciones, personajes famosos que han dejado tras de sí hechos memorables y nombres que los recuerdan.
Pero lo que fue en otro tiempo sólo existe en la memoria de los hombres si es que estos lo recuerdan.
Dicen que la primera pregunta melancólica acerca de lo que ya no existía se hizo en el siglo XlI en una pregunta que escribió Bernardo de Morlay en un poema latino de 1140 y que comenzaba preguntándose dónde estaba la gloria de Babilonia: Est ubi gloria nunc Babylonia?Tras Babilonia, Morlay se preguntaba por Nabucodonosor, Darío, Ciro, emperadores romanos, Cicerón, Demóstenes y un largo etcétera de famosos.
Lo mismo que si ahora nos preguntáramos: «¿Dónde está la gloria futbolística de Pelé, de Maradona, de Di Estéfano, de Kubala ... ?». Con los años nuestros nietos dirán: «¿Dónde está la brillantez del genio futbolístico de Messi, de Ronaldo y de Iniesta? ¿A dónde se fueron? ¿Y en qué plató de televisión se marchitó la belleza de Penélope Cruz y de Antonio Banderas?».
En el siglo xv, el poeta francés, Francois Villon, en su Balada de las damas de antaño, evocaría personajes femeninos, mezclando mujeres reales y mitológicas, antiguas y modernas, resumiendo el destino de ellas con un verso espléndido: ¿Dónde estdn las nieves de antaño?
En ningún lugar: todas ellas se derritieron. Se esfumaron y ya nadie se acuerda de ellas».
SEGUIDORES DEL SUNT
Sería Jorge Manrique, contemporáneo de Villon, quien utilizase exitosamente la fórmula del ubi sunt? en sus Coplas a la muerte de su padre, con la obsesiva pregunta:
¿Qué se hizo el rey don Juan?
Los Infantes de Aragón
¿qué se hicieron?
¿ Qué fue de tanto galdn,
Qué de tanta invención
Que truxeron?
¿Qué se hicieron las damas,
Sus tocados e vestidos,
Sus olores?
Son tantos los textos que repetirán este tópico que nos limitaremos a traer únicamente ejemplos de poetas del siglo XX.
En los dos siguientes, dos poetas, Blas de Otero y Vázquez Montalbán, rememoran figuras históricas y lo hacen, no de un modo trágico y tremebundo, sino con deje humorístico.
Hojas sueltas decidme, ¿qué se hicieron
los infantes de Aragón, Manuel Granero, la pavana
para una infanta.
Blas de Otero
¿Qué se hizo
de las bellas
Goya Imperio Fornarina
que enseñaron
la expresión del amor
a mi tía Daniela
de don Antonio Maura
¿qué se hizo?
y del Lerroux
Alejandrino
y qué se hizo
del tigre Clemenceau
de Primo
De Rivera
el valiente general
¿qué se hizo
de tanto fantasma lejano?
Manuel Vázquez Montalbán. Coplas a la muerte de mi tía Daniela
En el siguiente ejemplo, la autora recordará a los compañeros que pasaron con ella la infancia y la adolescencia.
El título recuerda al de Villon.
Balada de los muchachos de antaño
Pero dónde están ahora
qué fue de todos ellos
qué fue de Mikel y de sus verdes ojos
que conseguían fijar el vuelo de un pájaro
con solo proponérselo,
y de Santi que dividía el mundo
a uno y otro lado de su abrigo
y nos hacía dudar acerca de cuál era mayor,
y de Javier que conocía el nombre
de las constelaciones y siempre andaba
descubriendo meteoros y portentos,
y qué ha sido de Enrique que fumaba cigarrillos
con gran sabiduría y a todas horas
y en todo momento pensaba en escapar,
y del tímido Pablo que todo Lo que veía
en esta vida eran brillos y nieblas
y sin embargo podía contemplar
con extraordinaria quietud el paso
de su esptritu reptante por los techos,
y de Joaquín qué ha sido
que le bastaba con apoyarse en La farola
para poner a bailar a toda La calle,
y de Luis que se descalzaba los días de lluvia,
y de Jon que nunca decía nada
y era encantador con todo su silencio,
y de Carlos y de Juanito el orgulloso
y de Martín que un día recibió un telegrama
y se sumió en la tristeza aquel mismo día,
y de Arturo que tenla madera de prestidigitador
y hallaba su placer haciéndonos soñar
con los misterios de La flsica,
y dónde está mí fiel amor cuyo nombre me guardo porque se Lo llevaron
a un sanatorio y se murió sentado
en una silla debajo de un almendro,
y el sol,
y aquel color del sol sobre las tapias
y aquellos cielos rosas y esa luz,
por las habitaciones, dónde diablos están,
qué ha sido ahora de todos
dónde están.
Isabel Ezkieta
El ubi sunt podría describirse coloquialmente como un «¿qué fue de aquello tío?». y se obtiene mediante preguntas retóricas acerca del destino de las personas que nos precedieron. El ámbito de estas analogías puede referirse a fiestas a galas, amores, música, bailes. edificios, ruinas, calles. monumentos. éxito belleza y compañeros de vida.
BEATUS ILLE
BEATUS ILLE (Dichoso aquel):
Elogio de la vida campesina, rural, frente al ajetreo urbano y cortesano.
Elogio de la vida campesina, rural, frente al ajetreo urbano y cortesano.
Beatus ille qui procul negotiis,
ut prisca gens mortalium,
paterna rura bubus exercet suis
ut prisca gens mortalium,
paterna rura bubus exercet suis
Horacio Insiste
Otro tópico que no puede faltar en esta enumeración es el del Beatus ille, debido también a Horacio.
Curiosamente, en este epodo -combinación métrica compuesta de un verso largo y otro corto-, el protagonista es un usurero que conmovido por los campesinos que deben pagarle sus deudas, decide hacerse agricultor.
Sin embargo, no caerá esa breva y al instante rectificará sus intenciones y seguirá con el negocio de prestamista mucho más pingüe que destripando terrones de sol a sol. Los intérpretes de este epodo no las tienen todas consigo y, en su disparidad criterio, los hay, entre ellos José María Valverde, que se preguntan si no estaremos ante un epodo irónico o sátira al estilo bucólico de Virgilio. Un matiz difícil de pillar en el texto que nos ha llegado. Para colmo, la traducción del agustino Fray Luis de León cercenó los versos finales relativos al usurero Alfio.
Ello, sin embargo, no ha impedido su legado a través del tiempo.
BEATUS lILE qui procul negotiis,
ut prisca gens mortalium,
paterna rora bubus exercet suis
solutus omni faenore
neque excitatur classico miles truci
neque horret iratum mare
forumque uitat et superba civium
potentiorum limina.
La traducción que viene a continuación es de Fray Luis de León:
Feliz el que, alejado de negocios,
como en remoto tiempo los mortales,
paternos campos con sus bueyes ara
y no rinde a la usura vasallajes;
Ni le despiertan los clarines bélicos
Ni teme airados mares,
Y evita igual del foro las intrigas
Que del rico soberbio los umbrales
Recordemos que el propio Fray Luis de León escribió una Oda a la vida retirada imitando al propio Horacio.
Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruído,
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido.
Que no le enturbia el pecho
de los soberbios grandes el estado,
ni del dorado techo
se admira, fabricado
del sabio Moro, en jaspe sustentado!
Felices imitadores
El poeta Luis Antonio de Villena se sirve del tópico para escribir el siguiente poema, donde se mezclan las referencias a Horacio y a Fray Luis de León.
Hymnica
Bajo el aura del duro sol primero
y el trino inaugurado de los pájaros,
abandonar el hogar tras el almuerzo,
en el breve calor que adelanta el verano.
No ir, si tenías que ir a lugar convenido,
ni entrar en clase, aunque el estudio importe,
ni salir hoy a comprar cosas determinadas...
Ponerse a caminar, con el amigo cómplice,
que huye también la tarde, por la cuesta abajo,
hacia la hierba y los pinos, solitarios...
Tenderse allí y hablar del duro otoño,
ya pasado, mientras invita el sol a retirarse
ropa, y molestan los insectos renovados.
Y allí dejar pasar las horas insensiblemente,
entre calor y vaho de flores, dormitando.
Se charlará despacio, y surgirá el silencio.
Y si el sexo incomoda alegremente, no habrá
sorpresa. Es huésped esperado y cotidiano...
Por lo demás, amodorrarse allí, vivir al sol,
dejar pasar el tiempo y olvidarse de todo.
Que ya sabes el verso: Dichoso el que de pleitos
alejado.
Antonio Dávila es un poeta mexicano nacido en 1958. En su día confeccionó una antología poética que denominó Catulinarias -una simbiosis original de Catulo (87 a.C a C. -57 a.C), poeta latino y Catilina, político famoso al que Ciceron dirigió cuatro discursos incendiarios, conocidos precisamente, por el nombre Catilinarias.
El poeta Dávila, dirigiéndose al mismísimo Horacio, dice:
Dichoso aquél, Horacio,
que huye del mundanal ruido
(y del tráfico
y del smog)
y, lejos de los negocios de la poesía,
se dedica (como aconseja Voltaire)
a cultivar su jardín.
Y a hacer el amor a una mujer callada,
y a desayunar frutas con té de menta,
y a practicar yoga al atardecer,
y a ver, tras la ventana azul,
el mar
que siempre nace
y nunca muere.
Otro tópico que no puede faltar en esta enumeración es el del Beatus ille, debido también a Horacio.
Curiosamente, en este epodo -combinación métrica compuesta de un verso largo y otro corto-, el protagonista es un usurero que conmovido por los campesinos que deben pagarle sus deudas, decide hacerse agricultor.
Sin embargo, no caerá esa breva y al instante rectificará sus intenciones y seguirá con el negocio de prestamista mucho más pingüe que destripando terrones de sol a sol. Los intérpretes de este epodo no las tienen todas consigo y, en su disparidad criterio, los hay, entre ellos José María Valverde, que se preguntan si no estaremos ante un epodo irónico o sátira al estilo bucólico de Virgilio. Un matiz difícil de pillar en el texto que nos ha llegado. Para colmo, la traducción del agustino Fray Luis de León cercenó los versos finales relativos al usurero Alfio.
Ello, sin embargo, no ha impedido su legado a través del tiempo.
BEATUS lILE qui procul negotiis,
ut prisca gens mortalium,
paterna rora bubus exercet suis
solutus omni faenore
neque excitatur classico miles truci
neque horret iratum mare
forumque uitat et superba civium
potentiorum limina.
La traducción que viene a continuación es de Fray Luis de León:
Feliz el que, alejado de negocios,
como en remoto tiempo los mortales,
paternos campos con sus bueyes ara
y no rinde a la usura vasallajes;
Ni le despiertan los clarines bélicos
Ni teme airados mares,
Y evita igual del foro las intrigas
Que del rico soberbio los umbrales
Recordemos que el propio Fray Luis de León escribió una Oda a la vida retirada imitando al propio Horacio.
Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruído,
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido.
Que no le enturbia el pecho
de los soberbios grandes el estado,
ni del dorado techo
se admira, fabricado
del sabio Moro, en jaspe sustentado!
Felices imitadores
El poeta Luis Antonio de Villena se sirve del tópico para escribir el siguiente poema, donde se mezclan las referencias a Horacio y a Fray Luis de León.
Hymnica
Bajo el aura del duro sol primero
y el trino inaugurado de los pájaros,
abandonar el hogar tras el almuerzo,
en el breve calor que adelanta el verano.
No ir, si tenías que ir a lugar convenido,
ni entrar en clase, aunque el estudio importe,
ni salir hoy a comprar cosas determinadas...
Ponerse a caminar, con el amigo cómplice,
que huye también la tarde, por la cuesta abajo,
hacia la hierba y los pinos, solitarios...
Tenderse allí y hablar del duro otoño,
ya pasado, mientras invita el sol a retirarse
ropa, y molestan los insectos renovados.
Y allí dejar pasar las horas insensiblemente,
entre calor y vaho de flores, dormitando.
Se charlará despacio, y surgirá el silencio.
Y si el sexo incomoda alegremente, no habrá
sorpresa. Es huésped esperado y cotidiano...
Por lo demás, amodorrarse allí, vivir al sol,
dejar pasar el tiempo y olvidarse de todo.
Que ya sabes el verso: Dichoso el que de pleitos
alejado.
Antonio Dávila es un poeta mexicano nacido en 1958. En su día confeccionó una antología poética que denominó Catulinarias -una simbiosis original de Catulo (87 a.C a C. -57 a.C), poeta latino y Catilina, político famoso al que Ciceron dirigió cuatro discursos incendiarios, conocidos precisamente, por el nombre Catilinarias.
El poeta Dávila, dirigiéndose al mismísimo Horacio, dice:
Dichoso aquél, Horacio,
que huye del mundanal ruido
(y del tráfico
y del smog)
y, lejos de los negocios de la poesía,
se dedica (como aconseja Voltaire)
a cultivar su jardín.
Y a hacer el amor a una mujer callada,
y a desayunar frutas con té de menta,
y a practicar yoga al atardecer,
y a ver, tras la ventana azul,
el mar
que siempre nace
y nunca muere.
Nota buena
No puede olvidarse la existencia de imitaciones más o menos paródicas del Beatus ille. De entre ellas rescatamos una de orientación burlesca debida al inagotable ingenio de Quevedo, que por llevar la contraria a su siglo no desperdiciaba la ocasión para arremeter, incluso, contra los tópicos sagrados. Así contesta a la carta de un médico:
Desde esta Sierra Morena,
en donde huyendo del siglo,
conventüal de las jaras
entre peñascos habito...
Oigo de diversas aves
las voces los chillidos
que ni yo entiendo la letra,
ni el tono que Dios le hizo.
Y con relación al Carpe diem y el Tempus fugit, el propio Quevedo hace esta brillantísima disertación, que no ha perdido un átomo de vigencia:
¿ Tú por ventura sabes lo que vale un día? ¿Enciendes de cuánto precio es una hora? ¿Has examinado el valor del tiempo? Cierto es que no, pues así, alegre, le dejas pasar hurtado de la hora que fugitiva y secreta te lleva preciosísimo robo. ¿Quién te ha dicho que lo que ya fue volverá cuando lo hayas menester si le llamares? Dime, ¿has visto algunas pisadas de los días? No por cierto, que ellos solo vuelven la cabeza a reírse y burlarse de los que así los dejaron pasar. Sábete que la muerte y ellos están eslabonados y en una cadena, y que cuando más caminan los días que van delante de ti, tiran hacia ti y te acercan a la muerte, que quizá la aguardas y es ya llegada, y según vives, antes será pasada que creída. Por necio tengo al que toda la vida se muere de miedo que se ha de morir y por malo al que vive tan sin miedo de ella como si no la hubiese, que este la viene a temer cuando la padece, y embarazado con el temor, ni halla remedio a la vida ni consuelo a su fin.
Cuerdo es solo el que vive cada día como quien cada día y cada hora puede morir (Los sueños),
No puede olvidarse la existencia de imitaciones más o menos paródicas del Beatus ille. De entre ellas rescatamos una de orientación burlesca debida al inagotable ingenio de Quevedo, que por llevar la contraria a su siglo no desperdiciaba la ocasión para arremeter, incluso, contra los tópicos sagrados. Así contesta a la carta de un médico:
Desde esta Sierra Morena,
en donde huyendo del siglo,
conventüal de las jaras
entre peñascos habito...
Oigo de diversas aves
las voces los chillidos
que ni yo entiendo la letra,
ni el tono que Dios le hizo.
Y con relación al Carpe diem y el Tempus fugit, el propio Quevedo hace esta brillantísima disertación, que no ha perdido un átomo de vigencia:
¿ Tú por ventura sabes lo que vale un día? ¿Enciendes de cuánto precio es una hora? ¿Has examinado el valor del tiempo? Cierto es que no, pues así, alegre, le dejas pasar hurtado de la hora que fugitiva y secreta te lleva preciosísimo robo. ¿Quién te ha dicho que lo que ya fue volverá cuando lo hayas menester si le llamares? Dime, ¿has visto algunas pisadas de los días? No por cierto, que ellos solo vuelven la cabeza a reírse y burlarse de los que así los dejaron pasar. Sábete que la muerte y ellos están eslabonados y en una cadena, y que cuando más caminan los días que van delante de ti, tiran hacia ti y te acercan a la muerte, que quizá la aguardas y es ya llegada, y según vives, antes será pasada que creída. Por necio tengo al que toda la vida se muere de miedo que se ha de morir y por malo al que vive tan sin miedo de ella como si no la hubiese, que este la viene a temer cuando la padece, y embarazado con el temor, ni halla remedio a la vida ni consuelo a su fin.
Cuerdo es solo el que vive cada día como quien cada día y cada hora puede morir (Los sueños),
Fuente de la información: A la literatura por la escritura. Victor Moreno