SOLEDADES, GALERÍAS Y OTROS POEMAS
Soledades, Galerías y otros poemas es un libro escrito desde la introspección, con un marcado carácter intimista. Es lo que él mismo ha llamado «la honda palpitación del espíritu». El poeta nos habla con un tono triste y melancólico de la soledad, del desamor, del paso del tiempo, de los recuerdos, de la existencia, de su vieja angustia...
Esta mirada introspectiva ahonda en las galerías de su alma, los caminos de su interior, pero a menudo se dirige al paisaje, donde proyecta sus emociones.
Los temas de Soledades, Galerías y otros poemas son cuatro: la soledad, el paso del tiempo, los sueños y los recuerdos, el paisaje, y las ilusiones y la esperanza.
Muchos temas son expresados por Machado por medio de símbolos. Estos, si bien predominan en Soledades, Galerías y otros poemas, aparecen en sus obras posteriores:
Esta mirada introspectiva ahonda en las galerías de su alma, los caminos de su interior, pero a menudo se dirige al paisaje, donde proyecta sus emociones.
Los temas de Soledades, Galerías y otros poemas son cuatro: la soledad, el paso del tiempo, los sueños y los recuerdos, el paisaje, y las ilusiones y la esperanza.
- Soledad. Machado es el poeta de la soledad. Es el estado en el que parece haber vivido perpetuamente. Y los sentimientos y emociones que esta provoca parecen haberle acompañado toda su vida. La soledad es una vivencia consecuencia de la ausencia del sentimiento amoroso y se funde con la melancolía y el hastío, que siempre han estado con él, incluso desde su infancia.
- Paso del tiempo. Relacionado con el hastío y la melancolía, la monotonía.
- Sueños y recuerdos. Dado el carácter introspectivo y subjetivo del libro, Machado parece percibir la realidad como si estuviera viviendo en un sueño. Incluso cuando evoca el pasado, los recuerdos parecen soñados, de ahí que recuerdo y sueño sean sinónimos.
- Paisaje. Es un elemento fundamental en la poética machadiana. Ya sea percibido como real o como soñado (recordado, evocado), se confunde con el alma del poeta. Así, los elementos del paisaje actúan como marco envolvente que reflejan el estado anímico del poeta, el ocaso, los atardeceres, la noche, la primavera o diferentes motivos del paisaje actúan como interlocutores imaginarios de un monólogo que sirve bien para expresar los sentimientos, bien para evocar experiencias del pasado, a partir de las sensaciones que provocan, en la más pura tradición simbolista.
- Ilusiones y esperanza. Aunque en Soledades, Galerías y otros poemas el sentimiento que predomina es triste, también hay algunos con un tono esperanzador. Machado intenta recuperar las ilusiones, muchas de ellas identificadas con el amor. El tono esperanzador se relaciona con la primavera y la mañana.
Muchos temas son expresados por Machado por medio de símbolos. Estos, si bien predominan en Soledades, Galerías y otros poemas, aparecen en sus obras posteriores:
YO VOY SOÑANDO CAMINOS
Video tomado de: Diente de León
LOCALIZACIÓN
En los años en que triunfa el Modernismo, aparece publicado el libro Soledades (1903) y luego, suprimidos algunos poemas y añadidos muchos más, se publica Soledades, galerías y otros poemas(1907), en este segundo libro se incluye el poema que vamos a analizar. Un libro de su primera etapa modernista, con poemas donde se expresan emociones y sentimientos intimistas usando para ello un conjunto de símbolos con los cuales manifiesta la angustia, la desazón y el deseo permanente insatisfecho. Según Rafael Lapesa, esta composición parece estar inspirada en un poema de Rosalía de Castro que comienza así: ”Un-ha vez tiven un cravo/ cravado no corazón…”; es evidente que la “espina” de la que habla Machado en el sentido de un amor doloroso, que produce daño por la frustración de lo inalcanzado, está en esa línea. En este sentido cabe recordar la admiración de Machado por el romanticismo íntimo, personal, tan sentido… de la poeta gallega. |
TEMA Y RESUMEN
TEMA: El deseo de amar, de llenar el angustioso vacío existencial y emocional.
RESUMEN: El yo del poeta en su caminar ensoñado por un entorno lleno de luz y simbolismo y sumido en sus pensamientos evoca una canción popular en la que se expresa la pérdida de un “doloroso amor” sufrido. El paisaje en su vinculación con el sentir del poeta se oscurece y al igual que el sentimiento amoroso, se desvanece. Ante esa pérdida el poeta expresa su añoranza por ese sentimiento sufrido y a la vez ansiado.
TEMA: El deseo de amar, de llenar el angustioso vacío existencial y emocional.
RESUMEN: El yo del poeta en su caminar ensoñado por un entorno lleno de luz y simbolismo y sumido en sus pensamientos evoca una canción popular en la que se expresa la pérdida de un “doloroso amor” sufrido. El paisaje en su vinculación con el sentir del poeta se oscurece y al igual que el sentimiento amoroso, se desvanece. Ante esa pérdida el poeta expresa su añoranza por ese sentimiento sufrido y a la vez ansiado.
ESTRUCTURA
Estructura externa:
Poema formado por 24 versos octosílabos, de arte menor con rima consonante. Distribución en las siguientes estrofas: cuarteta –redondilla- cuarteta (bis). Recordemos que la redondilla presenta el siguiente esquema 8a 8b 8b 8a. La cuarteta: 8a 8b 8a 8b.
Estructura externa:
Poema formado por 24 versos octosílabos, de arte menor con rima consonante. Distribución en las siguientes estrofas: cuarteta –redondilla- cuarteta (bis). Recordemos que la redondilla presenta el siguiente esquema 8a 8b 8b 8a. La cuarteta: 8a 8b 8a 8b.
Estructura interna.
Atendiendo a la progresión temática podemos apreciar dos apartados:
Atendiendo a la progresión temática podemos apreciar dos apartados:
Yo voy soñando caminos 8a
de la tarde. ¡Las colinas 8b doradas, los verdes pinos, 8b las polvorientas encinas!… 8a ¿Adónde el camino irá? 8c Yo voy cantando, viajero, 8d a lo largo del sendero… 8d – La tarde cayendo está -. 8c “En el corazón tenía 8e la espina de una pasión; 8f logré arrancármela un día; 8e ya no siento el corazón.” 8f |
1º apartado:
Describe el camino por donde el poeta circula, su paisaje y recuerda una antigua pasión. El poeta en una ensoñación llena de simbolismo evoca y expresa su admiración por la belleza de un paisaje luminoso y en ese caminar recuerda una canción popular donde aparece el tema del “amor doloroso” del que el amante consigue desasirse, aún a costa de perder el preciado sentimiento. |
La segunda parte parece irrumpir con una transformación en el paisaje que lo envuelve: Acorde con su sentimiento, todo se vuelve sombrío y en silencio, y hasta el camino deja de ser seguro (serpea... desaparece). Sumido en este nuevo estado tanto del paisaje como de su ánimo, el poeta retoma la canción,
pero esta vez en lugar de cantarla, la llora. Ahora se queja por la falta de amor.
pero esta vez en lugar de cantarla, la llora. Ahora se queja por la falta de amor.
Y todo el campo un momento 8g
se queda, mudo y sombrío, 8h meditando. Suena el viento 8g en los álamos del río. 8h La tarde más se oscurece; 8i y el camino que serpea 8j y débilmente blanquea, 8j se enturbia y desaparece. 8i Mi cantar vuelve a plañir: 8k “Aguda espina dorada, 8l quién te pudiera sentir 8k en el corazón clavada.” 8l |
2º apartado:
Vuelve a recrearse en el mismo paisaje natural, en el cual, ya está anocheciendo y manifiesta el deseo de volver a sentir la misma pasión ya desaparecida. La naturaleza en comunión con ese doloroso recuerdo se vuelve sombría y oscura, se desvanece, del mismo modo que se desvaneció el amor. Se vuelve, para concluir, a la canción popular en la que el amante, la propia voz del poeta, expresa su ansia de amor y su lamento por ese amor- dolor perdido. |
ESTILO
Machado, años más tarde recordando este libro hablará del magisterio de Rubén Darío (“padre del Modernismo”), pero proclamará además de su admiración, el diferente recorrido que había seguido su poesía.
En sus palabras señala “Pensaba yo que el elemento poético no era la palabra por su valor “fónico”, ni el color, ni la línea, ni un complejo de sensaciones, sino una honda palpitación de espíritu: lo que pone el alma, si es que algo pone, o lo que dice , si es que algo dice, con voz propia, en respuesta animada al contacto del mundo”
De ahí que señalemos con frecuencia que Machado se adscribe a un modernismo intimista con clara influencia del Romanticismo de Bécquer y Rosalía. En el plano conceptual, en este poema los sentimientos universales que expresa se refieren a la evocación del paisaje, vinculado a los sentimientos del yo poético y a un amor más soñado que vivido.
A continuación señalaremos las características estilísticas que reflejan ese modernismo intimista:
Uno de los rasgos más significativo es el empleo de símbolos o motivos muy recurrentes:
Desde el primer verso el yo poético nos habla de un sueño (símbolo con el que nos muestra su ensimismamiento), por los caminos (símbolo que se refiere al recorrido por la vida), en un atardecer (momento del día en el que se siente más melancólico y triste).
Así pues, vemos al poeta melancólico recordando-soñando los "caminos" de su vida.
El paso del tiempo, clave en la lírica de Machado, está bastante marcado en el poema ya no solo por la imagen del viajero recorriendo el camino, sino también por el entorno en movimiento: «la tarde cayendo está», «la tarde más se oscurece», «suena el viento», «el camino serpea y desaparece»... Incluso en el paisaje más estático parece haber dejado el tiempo su impronta: «las polvorientas encinas».
Machado, años más tarde recordando este libro hablará del magisterio de Rubén Darío (“padre del Modernismo”), pero proclamará además de su admiración, el diferente recorrido que había seguido su poesía.
En sus palabras señala “Pensaba yo que el elemento poético no era la palabra por su valor “fónico”, ni el color, ni la línea, ni un complejo de sensaciones, sino una honda palpitación de espíritu: lo que pone el alma, si es que algo pone, o lo que dice , si es que algo dice, con voz propia, en respuesta animada al contacto del mundo”
De ahí que señalemos con frecuencia que Machado se adscribe a un modernismo intimista con clara influencia del Romanticismo de Bécquer y Rosalía. En el plano conceptual, en este poema los sentimientos universales que expresa se refieren a la evocación del paisaje, vinculado a los sentimientos del yo poético y a un amor más soñado que vivido.
A continuación señalaremos las características estilísticas que reflejan ese modernismo intimista:
Uno de los rasgos más significativo es el empleo de símbolos o motivos muy recurrentes:
- El camino (o el sendero) símbolo machadiano por excelencia, símbolo de la vida y, por tanto, del trascurrir del tiempo, el viaje hacia la muerte. Si el paisaje es soñado o imaginado (como pensamos que es el caso), el camino es un recorrido introspectivo por el alma del poeta (al igual que las galerías).
- La sombra («sombrío») representa tanto la nada y la negación, como los sentimientos de angustia y tristeza que producen en el poeta.
- El río tiene el mismo significado que en Jorge Manrique, es decir, es el transcurrir de la vida. En algunas ocasiones, como ocurre en este poema, refleja su actitud melancólica (reforzada además por la imagen de los álamos).
- La tarde es el momento del día propicio para que Machado nos hable de sus sentimientos más tristes y melancólicos. Representa el ocaso y el final del día y se relaciona directamente con el crepúsculo de la vida, la proximidad de la muerte. Como observamos en este poema a la vez que la tarde oscurece el camino (la vida) desaparece.
- Machado recurre al sueño como vivencia recordada o imaginada en su exploración introspectiva. En el primer verso ya nos indica que está hablando de un recuerdo, o, más bien, de una vivencia imaginada, una experiencia espiritual. Soñar como la acción propia del caminante o del viajero (el ser humano que busca),
- La espina: el amor deseado e hiriente al no ser correspondido.
Desde el primer verso el yo poético nos habla de un sueño (símbolo con el que nos muestra su ensimismamiento), por los caminos (símbolo que se refiere al recorrido por la vida), en un atardecer (momento del día en el que se siente más melancólico y triste).
Así pues, vemos al poeta melancólico recordando-soñando los "caminos" de su vida.
El paso del tiempo, clave en la lírica de Machado, está bastante marcado en el poema ya no solo por la imagen del viajero recorriendo el camino, sino también por el entorno en movimiento: «la tarde cayendo está», «la tarde más se oscurece», «suena el viento», «el camino serpea y desaparece»... Incluso en el paisaje más estático parece haber dejado el tiempo su impronta: «las polvorientas encinas».
Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas doradas, los verdes pinos, las polvorientas encinas!… ¿Adónde el camino irá? Yo voy cantando, viajero, a lo largo del sendero… – La tarde cayendo está -. “En el corazón tenía la espina de una pasión; logré arrancármela un día; ya no siento el corazón.” Y todo el campo un momento se queda, mudo y sombrío, meditando. Suena el viento en los álamos del río. La tarde más se oscurece; y el camino que serpea y débilmente blanquea, se enturbia y desaparece. Mi cantar vuelve a plañir: “Aguda espina dorada, quién te pudiera sentir en el corazón clavada.” |
|
- Otros recursos destacables: la enumeración de los elementos del paisaje (colinas, pinos, encinas) en la primera estrofa, que debido al asíndeton aporta un ritmo más vivo y rápido acorde con la actitud más vital del viajero, en esta línea también podemos destacar los encabalgamientos en los versos primero y segundo ("caminos / de la tarde") y segundo y ternero ("colinas / doradas") con las que destaca los términos. En contraste en la penúltima estrofa se aprecia el uso de polisíndeton y la presencia de bimembraciones ("mudo y sombrío"; "enturbia y desaparece") que aportan una sensación de lentitud, que anticipa la desaparición del ensueño.
- La personificación del paisaje "el campo (...) se queda mudo (...) meditando" como solidarizándose con el yo poético, fundiéndose en su sentir. También observamos leves hipérbatos (!¿Adónde el camino irá?; "la tarde cayendo está", "la tarde más se oscurece") que no afectan a la comprensión y la aliteración de nasales intentando imitar el ruido del viento en los álamos "Y todo el campo unmomento se queda mudo y sombrío/ meditando. Suena el viento/ en los álamos")
Por lo tanto, entre los recursos estilísticos empleados por Machado destacan en los tres primeros versos los encabalgamientos abruptos con lo que creo que el poeta quiere mostrarnos la inestabilidad, el desgarro de su estado de ánimo. Destaca también la enumeración de los versos 2-4, de estilo nominal y con adjetivos epítetos. En el primer canto, destaca la metáfora la espina de una pasión, con la que el poeta simboliza el sufrimiento amoroso.
Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!…
El camino que sigue el poeta es una imagen metafórica del camino de la vida, del paso irreparable del tiempo, recurriendo al tópico literario del "tempus fugit", y la incertidumbre sobre el futuro expresada mediante la interrogación retórica "¿Adónde el camino irá?" , el sentido de la vida. Y la tarde, momento de declive del día y de reflexión de lo vivido, símbología habitual en la lírica machadiana. Todos estos recursos contribuyen al esclarecimiento, de forma plástica y hermosa, a la nítida expresión de los sentimientos.
En la siguiente descripción paisajística aparece la personificación: el campo... se queda mudo y sombrío, meditando.
Y todo el campo un momento
se queda, mudo y sombrío,
meditando.
Creo que es evidente en este caso la transposición de los sentimientos del poeta al paisaje que describe. Lo mismo ocurre en los versos 17-20: el oscurecimiento, el camino que se difumina y desaparece es un reflejo del oscurecimiento anímico del poeta, expresado mediante la antítesis y el polisíndeton.
La tarde más se oscurece;
y el camino que serpea
y débilmente blanquea,
se enturbia y desaparece.
El canto final, que recoge la metáfora de la espina de la pasión del canto anterior, se enfrenta a este de un modo paradójico, pues, como se ha dicho, el poeta prefiere el dolor causado por el amor a su ausencia.
Aguda espina dorada,
quién te pudiera sentir
en el corazón clavada.”
Rasgos que nos indican la pertenencia a la primera etapa poética: Modernismo intimista
Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!…
El camino que sigue el poeta es una imagen metafórica del camino de la vida, del paso irreparable del tiempo, recurriendo al tópico literario del "tempus fugit", y la incertidumbre sobre el futuro expresada mediante la interrogación retórica "¿Adónde el camino irá?" , el sentido de la vida. Y la tarde, momento de declive del día y de reflexión de lo vivido, símbología habitual en la lírica machadiana. Todos estos recursos contribuyen al esclarecimiento, de forma plástica y hermosa, a la nítida expresión de los sentimientos.
En la siguiente descripción paisajística aparece la personificación: el campo... se queda mudo y sombrío, meditando.
Y todo el campo un momento
se queda, mudo y sombrío,
meditando.
Creo que es evidente en este caso la transposición de los sentimientos del poeta al paisaje que describe. Lo mismo ocurre en los versos 17-20: el oscurecimiento, el camino que se difumina y desaparece es un reflejo del oscurecimiento anímico del poeta, expresado mediante la antítesis y el polisíndeton.
La tarde más se oscurece;
y el camino que serpea
y débilmente blanquea,
se enturbia y desaparece.
El canto final, que recoge la metáfora de la espina de la pasión del canto anterior, se enfrenta a este de un modo paradójico, pues, como se ha dicho, el poeta prefiere el dolor causado por el amor a su ausencia.
Aguda espina dorada,
quién te pudiera sentir
en el corazón clavada.”
Rasgos que nos indican la pertenencia a la primera etapa poética: Modernismo intimista
- Exploración interior
- Tono melancólico
- Símbolos (camino / tarde)
- Tratamiento del paisaje (reflejo de su estado anímico: melancolía)
- Expresión de los universales del sentimiento
CONCLUSIÓN
El poema –de marcado carácter introspectivo– presenta rasgos característicos de la poesía de Machado y de los poemas de Soledades, Galerías y otros poemas.
La proyección de las emociones del poema sobre el paisaje es evidente y es tal la identificación del paisaje con el alma del poeta que a veces es discernir quién influye a quién, pues no sabemos hasta qué punto es el poeta el que ve el paisaje con otros ojos cuando es consciente de su dolor o es el paisaje sombrío el que agudiza su estado de soledad.
Otros rasgo significativo es el empleo de símbolos o motivos muy recurrentes no solo en Soledades, Galerías y otros poemas, sino en el resto de los libros de Machado como el camino (o sendero), el río, la tarde, la sombra, el paso del tiempo y el verbo «soñar».
Para concluir señalaremos que este poema es una clara muestra de la obra machadiana en la primera etapa de su trayectoria poética. La composición trasciende por la presentación de un sentimiento universal como es el amor, el ansia del ser humano por encontrarlo y el vacío existencial ante su pérdida. A su vez la “voz propia” que el poeta buscaba está presente en ese íntimo monólogo con su interior. En 1931 Machado dio esta definición acerca de la labor del poeta “ la poesía es la palabra esencial en el tiempo” sentimientos como la añoranza, nostalgia, angustia, ansia, impaciencia… que están presentes en este poema son por una parte señales del tiempo que a cada uno le toca vivir y por otra son sentimientos y sensaciones universales en la conciencia del ser humano.
En resumen, la composición presenta rasgos característicos de primera etapa de la poesía de Machado: el sentimiento melancólico, la vivencia subjetiva de la temporalidad, la introspección expresada a través de un monólogo interior, tema de la soledad por la ausencia del amor, empleo de símbolos y un estilo sencillo, sin apenas recursos estilísticos ni estridencias, acorde con su tono contenido.
El poema –de marcado carácter introspectivo– presenta rasgos característicos de la poesía de Machado y de los poemas de Soledades, Galerías y otros poemas.
La proyección de las emociones del poema sobre el paisaje es evidente y es tal la identificación del paisaje con el alma del poeta que a veces es discernir quién influye a quién, pues no sabemos hasta qué punto es el poeta el que ve el paisaje con otros ojos cuando es consciente de su dolor o es el paisaje sombrío el que agudiza su estado de soledad.
Otros rasgo significativo es el empleo de símbolos o motivos muy recurrentes no solo en Soledades, Galerías y otros poemas, sino en el resto de los libros de Machado como el camino (o sendero), el río, la tarde, la sombra, el paso del tiempo y el verbo «soñar».
Para concluir señalaremos que este poema es una clara muestra de la obra machadiana en la primera etapa de su trayectoria poética. La composición trasciende por la presentación de un sentimiento universal como es el amor, el ansia del ser humano por encontrarlo y el vacío existencial ante su pérdida. A su vez la “voz propia” que el poeta buscaba está presente en ese íntimo monólogo con su interior. En 1931 Machado dio esta definición acerca de la labor del poeta “ la poesía es la palabra esencial en el tiempo” sentimientos como la añoranza, nostalgia, angustia, ansia, impaciencia… que están presentes en este poema son por una parte señales del tiempo que a cada uno le toca vivir y por otra son sentimientos y sensaciones universales en la conciencia del ser humano.
En resumen, la composición presenta rasgos característicos de primera etapa de la poesía de Machado: el sentimiento melancólico, la vivencia subjetiva de la temporalidad, la introspección expresada a través de un monólogo interior, tema de la soledad por la ausencia del amor, empleo de símbolos y un estilo sencillo, sin apenas recursos estilísticos ni estridencias, acorde con su tono contenido.
CAMPOS DE CASTILLA
El poema "A un olmo seco" lo escribió Antonio Machado en 1912, pocos meses antes de la muerte de Leonor Izquierdo, su mujer, que padecía una enfermedad pulmonar sin tratamiento posible por entonces: la tuberculosis. En la primavera de ese año, durante uno de sus paseos por los alrededores de Soria, Machado observa cómo del tronco de un viejo olmo moribundo, caído a un lado del camino, brota una graciosa rama verde y lo interpreta como señal de una nueva esperanza de vida, de un renacimiento. Piensa en su mujer, desahuciada por la medicina, y anhela íntimamente para ella otro "milagro" igual: su curación, la vuelta de la salud y la vida. Ahí está la intuición de partida de la que poco después surgiría el poema.
Pero hasta treinta años más tarde no se hallaría un tratamiento eficaz para combatir esta terrible enfermedad que fue la tuberculosis. El 1 de agosto fallece Leonor. Tenía dieciocho años acabados de cumplir.
"A un olmo seco" no entró a formar parte de Campos de Castilla en su primera edición, la de 1912, ya que fue escrito pocas semanas después: el libro apareció a mediados de abril y el poema, según datación del poeta, fue concluido al mes siguiente: el día 4 de mayo.
Pero hasta treinta años más tarde no se hallaría un tratamiento eficaz para combatir esta terrible enfermedad que fue la tuberculosis. El 1 de agosto fallece Leonor. Tenía dieciocho años acabados de cumplir.
"A un olmo seco" no entró a formar parte de Campos de Castilla en su primera edición, la de 1912, ya que fue escrito pocas semanas después: el libro apareció a mediados de abril y el poema, según datación del poeta, fue concluido al mes siguiente: el día 4 de mayo.
Video tomado de: Diente de León
CONTEXTUALIZACIÓN
A finales de julio de 1912 aparece Campos de Castilla, obra a la que pertenece este poema. Conocemos la fecha exacta de composición: 4 de mayo de 1912. En julio de 1911, estando en París, su esposa, Leonor, sufre una violenta hemotisis y regresan a Soria, en donde ella morirá el 1 de agosto de 1912. Teniendo en cuenta estas circunstancias, el lector puede descubrir el simbolismo del poema y relacionar estos versos con la grave enfermedad que sufría Leonor e interpretar esta composición en esta línea: la honda preocupación por la enfermedad de Leonor y el deseo de su recuperación. Hay quien sugiere una interpretación más amplia en relación con el tema de España, en este caso el olmo reflejaría la decadencia del país y la esperanza del poeta en su regeneración. En ambos casos, que no tienen por qué ser excluyentes, se aprecia que este poema responde a una técnica simbolista: primero, presentación de un objeto; al final, se desvela su sentido profundo.
RESUMEN
A un olmo viejo y podrido le han brotado unas hojas verdes en primavera. Al contemplarlo y antes de que sea derribado para hacer leña o acabe destrozado por la Naturaleza inclemente el poeta desea dedicarle unos versos, mientras alberga y desea otro milagro que es la curación de Leonor.
TEMA
La honda preocupación por la enfermedad de Leonor y el deseo de su recuperación.
A finales de julio de 1912 aparece Campos de Castilla, obra a la que pertenece este poema. Conocemos la fecha exacta de composición: 4 de mayo de 1912. En julio de 1911, estando en París, su esposa, Leonor, sufre una violenta hemotisis y regresan a Soria, en donde ella morirá el 1 de agosto de 1912. Teniendo en cuenta estas circunstancias, el lector puede descubrir el simbolismo del poema y relacionar estos versos con la grave enfermedad que sufría Leonor e interpretar esta composición en esta línea: la honda preocupación por la enfermedad de Leonor y el deseo de su recuperación. Hay quien sugiere una interpretación más amplia en relación con el tema de España, en este caso el olmo reflejaría la decadencia del país y la esperanza del poeta en su regeneración. En ambos casos, que no tienen por qué ser excluyentes, se aprecia que este poema responde a una técnica simbolista: primero, presentación de un objeto; al final, se desvela su sentido profundo.
RESUMEN
A un olmo viejo y podrido le han brotado unas hojas verdes en primavera. Al contemplarlo y antes de que sea derribado para hacer leña o acabe destrozado por la Naturaleza inclemente el poeta desea dedicarle unos versos, mientras alberga y desea otro milagro que es la curación de Leonor.
TEMA
La honda preocupación por la enfermedad de Leonor y el deseo de su recuperación.
ESTRUCTURA
Externa:
Externa:
Poema formado por 30 versos.
Los catorce primeros versos constituye un soneto típico del modernismo.
Un soneto que responde a las innovaciones formales traídas por este revolucionario movimiento, sobre todo en los aspectos métricos: uso de serventesio en lugar de cuarteto, anisosilabismo (desigualdad en el número de sílabas de los versos de una estrofa o de un poema) en algún verso [v. 2], rimas diferentes entre la primera y la segunda estrofa.
Su fórmula métrica queda resumida de la siguiente manera: 11A 7b 11A 11B / 11C 11D 11C 11D / 11E 11F 11E / 11F 11G 11G.
El segundo bloque estrófico es de mayor extensión que el soneto al que completa y al que acaba por dar su más profundo sentido. Un poema hasta entonces descriptivo se suma a la reflexión sobre los posibles finales de ese tronco herido de muerte, y gracias a los tres versos finales salta la chispa y la temperatura emocional aumenta bajo un pudoroso sentido autobiográfico.
Esta combinación de heptasílabos y endecasílabos entrelazados por la rima, y con algún verso suelto, es una silva con el siguiente esquema métrico: 11H 11H 11I 11J 11I 11J 7k 11K 11L 11Ø 7l 11F 11M 7f 11M 11F; visto su funcionamiento interno, con esa rima que engarza con el soneto [-era: F] y pies quebrados heptasílabos, hemos de concluir que este segundo bloque del poema es algo más que una silva. Por extraño que parezca, dada su inusual extensión, presenta un estrambote que completa el soneto.
Los catorce primeros versos constituye un soneto típico del modernismo.
Un soneto que responde a las innovaciones formales traídas por este revolucionario movimiento, sobre todo en los aspectos métricos: uso de serventesio en lugar de cuarteto, anisosilabismo (desigualdad en el número de sílabas de los versos de una estrofa o de un poema) en algún verso [v. 2], rimas diferentes entre la primera y la segunda estrofa.
Su fórmula métrica queda resumida de la siguiente manera: 11A 7b 11A 11B / 11C 11D 11C 11D / 11E 11F 11E / 11F 11G 11G.
El segundo bloque estrófico es de mayor extensión que el soneto al que completa y al que acaba por dar su más profundo sentido. Un poema hasta entonces descriptivo se suma a la reflexión sobre los posibles finales de ese tronco herido de muerte, y gracias a los tres versos finales salta la chispa y la temperatura emocional aumenta bajo un pudoroso sentido autobiográfico.
Esta combinación de heptasílabos y endecasílabos entrelazados por la rima, y con algún verso suelto, es una silva con el siguiente esquema métrico: 11H 11H 11I 11J 11I 11J 7k 11K 11L 11Ø 7l 11F 11M 7f 11M 11F; visto su funcionamiento interno, con esa rima que engarza con el soneto [-era: F] y pies quebrados heptasílabos, hemos de concluir que este segundo bloque del poema es algo más que una silva. Por extraño que parezca, dada su inusual extensión, presenta un estrambote que completa el soneto.
Estructura interna: Se aprecian tres apartados:
Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido, con las lluvias de abril y el sol de mayo algunas hojas verdes le han salido. ¡El olmo centenario en la colina que lame el Duero! Un musgo amarillento le mancha la corteza blanquecina al tronco carcomido y polvoriento. No será, cual los álamos cantores que guardan el camino y la ribera, habitado de pardos ruiseñores. Ejército de hormigas en hilera va trepando por él, y en sus entrañas urden sus telas grises las arañas. |
1º apartado. Versos 1 al 14.
Descripción del olmo viejo en la colina del Duero (Soria) que estando enfermo y medio podrido, con la llegada de la primavera, le ha brotado una rama nueva. Señala también la contraposición con los álamos por su vitalidad. |
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero te convierta en melena de campana, lanza de carro o yugo de carreta; antes que rojo en el hogar, mañana, ardas de alguna mísera caseta, al borde de un camino; antes que te descuaje un torbellino y tronche el soplo de las sierras blancas; antes que el río hasta la mar te empuje por valles y barrancas, olmo, quiero anotar en mi cartera la gracia de tu rama verdecida. |
2º apartado. Versos 15 al 27.
Deseo de reflejar en el poema el breve rebrotar del olmo antes de que el árbol desaparezca. |
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida, otro milagro de la primavera. |
3º apartado. Los tres últimos versos.
Esperanza de Machado: También alguien querido y enfermo podría mejorar con la primavera. La esperanza de la curación de Leonor. |
ESTILO
Se ha señalado la tendencia a la sobriedad expresiva de Machado en este poemario, porque, aunque todavía hay en él rasgos de influencia modernista en algunos poemas, se trata de un Modernismo intimista, hacia dentro, con influencias del Romanticismo de Bécquer o Rosalía. Los sentimientos universales como la melancolía, la esperanza, la muerte… están presentes a través de la técnica simbolista ya que como se ha indicado el olmo viejo se referiría a la grave enfermedad de Leonor. (Sabemos que es la primavera de 1912, Leonor está ya muy grave y de hecho, morirá el 1 de agosto de ese mismo año).
Se ha señalado la tendencia a la sobriedad expresiva de Machado en este poemario, porque, aunque todavía hay en él rasgos de influencia modernista en algunos poemas, se trata de un Modernismo intimista, hacia dentro, con influencias del Romanticismo de Bécquer o Rosalía. Los sentimientos universales como la melancolía, la esperanza, la muerte… están presentes a través de la técnica simbolista ya que como se ha indicado el olmo viejo se referiría a la grave enfermedad de Leonor. (Sabemos que es la primavera de 1912, Leonor está ya muy grave y de hecho, morirá el 1 de agosto de ese mismo año).
Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido, con las lluvias de abril y el sol de mayo algunas hojas verdes le han salido. ¡El olmo centenario en la colina que lame el Duero! Un musgo amarillento le mancha la corteza blanquecina al tronco carcomido y polvoriento. No será, cual los álamos cantores que guardan el camino y la ribera, habitado de pardos ruiseñores. Ejército de hormigas en hilera va trepando por él, y en sus entrañas urden sus telas grises las arañas. Antes que te derribe, olmo del Duero, con su hacha el leñador, y el carpintero te convierta en melena de campana, lanza de carro o yugo de carreta; antes que rojo en el hogar, mañana, ardas de alguna mísera caseta, al borde de un camino; antes que te descuaje un torbellino y tronche el soplo de las sierras blancas; antes que el río hasta la mar te empuje por valles y barrancas, olmo, quiero anotar en mi cartera la gracia de tu rama verdecida. Mi corazón espera también, hacia la luz y hacia la vida, otro milagro de la primavera. |
Las características esenciales están representadas por la utilización de numerosos símbolos: el olmo viejo (la enfermedad), frente a la vitalidad del álamo.
Símbolos clásicos "el río hasta el mar te empuje" como el río (paso del tiempo, vida fugaz), mar (muerte). El recurso del hipérbaton que aporta un gran efecto rítmico y expresividad: en los cuatro primeros versos se antepone el CI, ”al olmo” para resaltar el objeto, motivo de la descripción. En el segundo apartado se antepone el CCT “Antes que te derribe…” a la acción del verbo “Quiero anotar”, para resaltar el tiempo, la urgencia del tiempo ante la destrucción o la muerte. Otros recursos sencillos pero llenos de expresividad son las repeticiones, léxicas “olmo”; anáforas y paralelismos : “Antes que te derribe…” “antes que te descuaje…" bimembraciones: “ lluvias de abril y el sol de mayo”, “tronco carcomido y polvoriento”, “el camino y la ribera”; Son bastantes las personificaciones que humanizan la naturaleza ("lame el Duero"; el musgo "mancha" la corteza; los álamos son "cantores" y "guardan" el camino como si fueran centinelas; las hormigas forman un ejército; en las entrañas "urden" sus telas las arañas). Con un símil en antítesis se compara el olmo con los álamos "No será cual los álamos..." que frente a la visión del olmo, estos van asociados a "cantores" y "ruiseñores" (palabras que pueden asociarse con el concepto de «vida», árboles sanos) |
El tono del segundo apartado es todavía más intenso, ya que por medio de apóstrofes repetidos en construcción paralelística se dirige directamente al árbol para decirle metafóricamente que quiere grabar en su memoria ("anotar en mi cartera") antes de que sucumba a los muchos peligros que le acechan (ser talado por el leñador, ser usado como leña para calentar el hogar, ser tronchado por los fríos del viento en invierno...) "la gracia de tu rama verdecida", es decir, la rama viva brotando en medio del olmo moribundo, la vida venciendo a la muerte, quiere recordar la imagen que mantiene viva la esperanza.
En los tres últimos versos, el yo poético, descifra todo el sentido del poema, y en primera persona, con una expresión metonímica "Mi corazón" nos habla de su esperanza, su fe en que ese milagro de la rama brotada sea un presagio, un símbolo de "otro milagro de la primavera", es ahora cuando nos percatamos de que el poeta ha vislumbrado la posibilidad de que alguien muy cercano a él, resucite también, cobre vida y luz.
Cabe destacar la utilización de un léxico altamente connotado en todo el poema, las referencias a la vejez, la destrucción, la enfermedad: "Rayo", "hacha", "torbellino", "soplo"… (como elementos destructores), musgo amarillento, corteza blanquecina, tronco carcomido y polvoriento (enfermedad y vejez).
Se observa la utilización de la adjetivación altamente connotada y evocadora: podrido, hendido, carcomido, polvoriento… que contribuyen a reforzar la decrepitud del olmo, que sin embargo, a pesar de su estado, emociona al yo poético, esta emotividad la demuestra con una oración exclamativa a modo de apóstrofe: "¡El olmo centenario en la colina / que lame el Duero!".
En los tres últimos versos, el yo poético, descifra todo el sentido del poema, y en primera persona, con una expresión metonímica "Mi corazón" nos habla de su esperanza, su fe en que ese milagro de la rama brotada sea un presagio, un símbolo de "otro milagro de la primavera", es ahora cuando nos percatamos de que el poeta ha vislumbrado la posibilidad de que alguien muy cercano a él, resucite también, cobre vida y luz.
Cabe destacar la utilización de un léxico altamente connotado en todo el poema, las referencias a la vejez, la destrucción, la enfermedad: "Rayo", "hacha", "torbellino", "soplo"… (como elementos destructores), musgo amarillento, corteza blanquecina, tronco carcomido y polvoriento (enfermedad y vejez).
Se observa la utilización de la adjetivación altamente connotada y evocadora: podrido, hendido, carcomido, polvoriento… que contribuyen a reforzar la decrepitud del olmo, que sin embargo, a pesar de su estado, emociona al yo poético, esta emotividad la demuestra con una oración exclamativa a modo de apóstrofe: "¡El olmo centenario en la colina / que lame el Duero!".
Conociendo la existencia de la enfermedad de Leonor, es fácil comprender la emoción que ha embargado al poeta ante la contemplación de la rama verde y es que ha visto un paralelismo entre la enfermedad del olmo y la de su esposa, la capacidad de florecer del árbol y la posible mejoría de Leonor, por lo que podemos deducir, que ese otro milagro que espera el poeta es la curación de Leonor.
Por lo que a la identificación «olmo» = «muerte» podemos añadir ahora otra más profunda: «olmo» = «Leonor». Y observamos que los elementos que definen al olmo son aplicables a Leonor en su circunstancia personal de enferma de tuberculosis.
Por lo que a la identificación «olmo» = «muerte» podemos añadir ahora otra más profunda: «olmo» = «Leonor». Y observamos que los elementos que definen al olmo son aplicables a Leonor en su circunstancia personal de enferma de tuberculosis.
En suma se trata de un poema intimista, con la utilización de un simbolismo emotivo, muy evocador, con un claro componente de subjetividad por la proyección de sus sentimientos… un estilo aparentemente sencillo, austero, capaz de transmitir esa cálida y sentida humanidad que alienta toda su obra.
CONCLUSIÓN
Este poema fue escrito por Antonio Machado, autor perteneciente a la Generación del 98. El poema pertenece a la obra más conocida del autor, Campos de Castilla, 1912. En esta obra proyectará su estado de ánimo y encontrará la expresión de la realidad nacional e histórica de España. Hay también en este libro recuerdos personales, reflexión sobre los grandes temas de la existencia humana y una preocupación patriótica en actitud crítica.
En este poema sus palabras van dirigidas a un olmo, del que extrae detalles y reflexiones parecidas a las humanas, porque en la obra a la que pertenece este poema, Antonio Machado plasma en sus textos sus mas profundos pensamientos, angustiándose por el paso del tiempo y la muerte. Así que en este poema, bajo la simple apariencia de la descripción de un árbol podemos encontrar una segunda interpretación, comparable con una vida humana, con su juventud, madurez y el posterior deterioro con el paso de los años. Pero no todo el poema gira en torno a esta idea, sino que se centra, entre la ruina del olmo, en una pequeña esperanza de resurgimiento de la vida, encarnada en la imagen de la ramita verde. Antonio Machado no pierde el sentimiento de que por muy mala que la situación sea, siempre puede haber esperanza y fe en la mejora de esa situación.
El autor trata perfectamente la esencia de la vida y las etapas en las que se divide. Si contextualizamos el poema, fue escrito cuando su mujer, Leonor, ya estaba en una fase irreversible de tuberculósis, he de ahí la tristeza del poema y el milagro que Machado espera, la recuperación de su mujer, es ya imposible.
Este poema fue escrito por Antonio Machado, autor perteneciente a la Generación del 98. El poema pertenece a la obra más conocida del autor, Campos de Castilla, 1912. En esta obra proyectará su estado de ánimo y encontrará la expresión de la realidad nacional e histórica de España. Hay también en este libro recuerdos personales, reflexión sobre los grandes temas de la existencia humana y una preocupación patriótica en actitud crítica.
En este poema sus palabras van dirigidas a un olmo, del que extrae detalles y reflexiones parecidas a las humanas, porque en la obra a la que pertenece este poema, Antonio Machado plasma en sus textos sus mas profundos pensamientos, angustiándose por el paso del tiempo y la muerte. Así que en este poema, bajo la simple apariencia de la descripción de un árbol podemos encontrar una segunda interpretación, comparable con una vida humana, con su juventud, madurez y el posterior deterioro con el paso de los años. Pero no todo el poema gira en torno a esta idea, sino que se centra, entre la ruina del olmo, en una pequeña esperanza de resurgimiento de la vida, encarnada en la imagen de la ramita verde. Antonio Machado no pierde el sentimiento de que por muy mala que la situación sea, siempre puede haber esperanza y fe en la mejora de esa situación.
El autor trata perfectamente la esencia de la vida y las etapas en las que se divide. Si contextualizamos el poema, fue escrito cuando su mujer, Leonor, ya estaba en una fase irreversible de tuberculósis, he de ahí la tristeza del poema y el milagro que Machado espera, la recuperación de su mujer, es ya imposible.
tarea
comentario literario
RETRATO